Pacto EternoMuestra

Semana 1 - Día 4 

Lectura: Génesis 15:7-21; Hebreos 11:8-10

DEVOCIONAL: Hebreos 11:9-10

Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

En el Texto

Todo en el Antiguo Testamento apuntaba hacia cuando Jesús llegaría a la escena y salvaría a Su pueblo de sus pecados. Desde que el pecado entró en el mundo, el mundo estaba en una especie de advenimiento, esperando al prometido. Desde el principio, Dios puso en movimiento meticulosamente eventos y personas que culminarían con la venida del Mesías.

Dios le dijo a Abram que él sería el padre de una gran nación. Esta nación necesitaba una tierra, así que Dios le hizo otra promesa a Abram. Le dijo que le daría a él y a su descendencia una tierra propia. Para mostrar lo serio que era, Dios hizo que Abram cortara en pedazos algunos animales y los dispusiera para sacrificio. Dios caminó entre esas piezas como una señal de un pacto vinculante con Abram, diciendo: "Si no cumplo mi promesa, que me pase lo que pasó con esos animales".

Nosotras sabemos que Dios no puede romper una promesa. Su Palabra es como el hierro que no se puede romper. Esto debería traernos mucho consuelo en un mundo lleno de promesas rotas. La Palabra de Dios siempre es verdad.

Oración

Señor, ayúdanos a encontrar consuelo y paz en tu Palabra firme. Tú solo hablas verdad, haces lo que dices, y cumples cada una de las promesas que haces. Tu amor por nosotras está más allá de nuestro entendimiento. Amén.