Dios Es...Muestra

Día 2

Soy transformado por su santidad

¿Qué piensas al escuchar la palabra “santo”? Tal vez lo vincules con la imagen de una persona moralmente buena, y a pesar de que Dios sí es moralmente perfecto y bueno, esta palabra incluye más riqueza. La palabra santo significa único, Dios es el único ser perfecto, es el único Creador detrás de todo lo que existe, Él es el único ser capaz de crear un mundo lleno de belleza y vida. 

Para ilustrar este gran atributo de nuestro Dios, podemos pensar en el sol al cual no podemos mirar directamente. Dios le dijo a Moisés que no podría ver directamente Su rostro, porque nadie puede verlo y seguir con vida. Ahora analicemos el capítulo seis de Isaías, donde el profeta se ve a sí mismo en una visión donde se encuentra ante la presencia de Dios y tiene miedo porque sabe que Dios puede consumirlo, sin embargo, leemos que un querubín toca sus labios, volviéndolo santo, esto ilustra una nueva forma de ver la santidad de Dios y que Jesús vino a cumplir, la santidad de Dios ya no nos consume, sino que nos transforma.

En el Nuevo Testamento, vemos que Jesús iba tocando a personas que eran consideradas impuras. Sin embargo, como aquel carbón encendido en la boca del profeta Isaías, Jesús transmitió su santidad al tocar a un leproso (Mateo 8), a la mujer con flujo de sangre (Marcos 5) y a la niña que todos daban por muerta (Marcos 5).

Hoy, tal vez tu percepción acerca de la santidad de Dios fue modificada, y mi oración es que su Espíritu Santo nos transforme, nos vuelva santos como Él es santo, y no según la visión errónea de alguien bueno moralmente, sino de alguien cuya vida fue tocada por Jesús mismo. Dios hoy te anima a contemplar su santidad, la forma en la que solo Él hace las cosas y la forma en que solo Él puede transformar tu vida.

Oración:

Dios, declaro que eres Todopoderoso y que eres Santo, gracias porque puedo confiar en tus atributos perfectos y descansar en que tu santidad que me transforma porque eres bueno y eres mi Padre, gracias por lo maravilloso que eres, declaro que no hay nadie como Tú. En Cristo Jesús, amén.