Negocios con DiosMuestra

A diferencia de lo que ocurre en el mundo, el liderazgo cristiano es al revés y paradójico: el menor es el mayor. En otras palabras, es orientado al servicio. Jesús, Pablo y los demás apóstoles lo encarnaron haciéndose nada para que otros crecieran. 

La mayoría de nosotros, pensando que los negocios tienen que ver con hacernos ricos, no sabiendo cuánto nos ama y estima Dios, desea “tener éxito por sí mismo”. Seguimos un estilo de vida centrado en nosotros y tratamos de lograr “la grandeza”. Decimos: “No hay nada malo en ganar dinero”.

Sin embargo, Dios conoce nuestro corazón. ¿Cómo estamos ganando dinero? ¿Qué estamos vendiendo? ¿De quién es el dinero que estamos ganando? ¿Por qué estamos tratando de ganar dinero? ¿Quién se beneficia más, otros o nosotros? 

Lo opuesto al liderazgo de Jesús es el dominio, que crea temor, jerarquía, celo, competencia, crítica, comparación malsana, inseguridad y orgullo; toma de la mayoría y prospera a una minoría; crea esas enormes brechas de riqueza y recuperaciones económicas en forma de K.

Cristo siempre trata de hacer prosperar a los demás, incluso a un gran costo personal. Para Él vale la pena ¿Nos uniremos a Él? Él promete cuidarnos si lo hacemos; de hecho, Dios está buscando gente a la que pueda fortalecer y a la que pueda confiar Sus recursos.