Esto es un avivamiento - Generación 12Muestra

Dios conmigo estás

En medio de la oscuridad del mundo, ¿puedo ver la obra de Dios en mi vida? ¿En dónde está Dios cuando más lo necesito? 

Quizás, esas preguntas hayan pasado por tu mente en estos días en donde todo parece incierto o, quizás, en un momento en donde todos hablan del fin. ¿Sabes? No eres el primero que pasa por este momento, ni el primero en hacerse estas preguntas. ¿Nos creerías si te dijéramos que miles de personas alrededor del mundo se están haciendo esa pregunta mientras lees esto?

Hay momentos en donde sentimos que todo va muy bien, pero, de repente, todo se convierte en una cárcel, te sientes atado y encerrado. Es inusual pensar: ¿puede acaso suceder un avivamiento en medio de una cárcel?, ¿puede Dios usar mi situación tan adversa para llevar a muchos al arrepentimiento? La respuesta es Sí, totalmente Sí. 

El ministerio de Pablo y Silas estaba llegando a miles en aquella ciudad, pero de un momento a otro, aparecen en una cárcel (aún cuando todo va bien) atados de pies, manos y en oscuridad total. ¿Te sientes identificado? Bueno, todos hemos pasado por momentos así, pero no todos han podido salir de su cárcel, porque están atados a algo más cruel que las cadenas: están atados a la amargura y a la incredulidad. 

¿Cómo podemos desatarnos de la amargura y la incredulidad? En realidad es sencillo, pero a la vez requiere de mucho esfuerzo: LA ADORACIÓN. Esta llave llama la atención de Dios y abre cualquier cárcel; y, no solo eso, lo que sucede en ese tiempo de Adoración es un momento de Avivamiento. Sí, como lo lees, la adoración también produce avivamiento, pues en ese momento la tierra comenzó a temblar, las puertas del las cárceles se abrieron y las cadenas se deshicieron, y dice la Biblia que “al ver esto todos los presos y hasta el carcelero creyeron maravillados”. ¡Wow! 

Déjanos decirte algo más, quizás este momento de dificultad Dios lo está usando para que otros puedan creer en Él a través de tu actitud frente a un problema. Pablo y Silas estuvieron en esa cárcel para adorar a Dios y también para que el carcelero y su familia creyeran en el evangelio. ¡Sí! Dios está contigo aun en el momento de mayor oscuridad en tu vida.