La confianza en Dios prevalece sobre el temor Muestra

En Dios he confiado; ¿cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave? (Salmo 11:1).

Años atrás, antes de que tomara el trono de Israel, David vivió como fugitivo. Fue constantemente perseguido por el Rey Saúl y vivió en constante peligro, y fue perseguido por su hijo Absalón para matarlo. En tales momentos, sus amigos / consejeros le aconsejaron: “que escape al monte cual ave”. Sus amigos tenían buenas intenciones, pero David sabía que era algo erróneo. Así que reacciona indignado y les responde: En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave? 

La disyuntiva que se le planteaba a David era ceder ante el peligro y adoptar una actitud de temo, o confiar en que Dios podía protegerlo. Y David optó por confiar en el cuidado y protección de Dios, en medio de sus difíciles circunstancias. Por eso, el consejo del temor no prevaleció en David. En el caso de David, el consejo del temor no podía hacer frente a la posición de confianza que David tenía en Dios.

El temor es mal consejero, porque nos incapacita y destruye nuestra fe. El temor nos hace incapaces de enfrentar los retos y desafíos de la vida. Impide también que desarrollemos todo nuestro potencial.

El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado (Proverbios 29:25). La palabra hebrea aquí traducida por “lazo” se refiere a trampas que los cazadores solían utilizar para atrapar animales o aves. Los lazos son peligrosos, porque nos limitan e inhabilitan. 

Dios quiere que vivamos libres de temores y confiados en su accionar en nuestras vidas, pero necesitamos aprender a lidiar con el temor y, en ese proceso, Dios obra no quitando el temor, sino ayudándonos a enfrentar y vencer nuestros temores.

Es natural experimentar temor ante difíciles circunstancias, como cuando se es asediado por enemigos (como en el caso de David) o se experimentan dificultades importantes. Pero David demuestra que, en ese momento, la actitud de confianza en Dios es fundamental para salir airoso.