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Victoria Sobre La AnsiedadMuestra

Victoria Sobre La Ansiedad

DÍA 3 DE 7

El origen de nuestra ansiedad


¿Cuál es el origen de la ansiedad? ¿Es algo que creamos en lo profundo de nuestro ser? ¿O será que proviene de Dios?


Es importante comprender que la ansiedad no proviene de Dios —Él no la creó (2 Timoteo 1.7). Así que, si Dios no creó la ansiedad, ¿de dónde proviene?


Para empezar, podemos afirmar que existen muchos aspectos de la vida que pueden causar ansiedad. Hay algunos aspectos de nuestra existencia que son tan agobiantes que, de manera natural, producen ansiedad. Cuando esperamos los resultados de exámenes médicos, cuando perdemos un empleo que es la fuente de nuestros ingresos, cuando su cónyuge se quiere divorciar (por mencionar solo algunas), todas son razones legítimas para sentirse ansioso. 


En segundo lugar, hay ocasiones en las que la ansiedad tiene su origen en pensamientos equivocados, en no confiar a plenitud en Dios ni en su Palabra, y en no llevar todos los pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10.5).


En tercer lugar, hay veces que no nos damos cuenta de dónde proviene. Así mismo es, podemos sentirnos ansiosos acerca de algo y ni tan siquiera saber qué nos hace sentir de esa manera. Ha habido momentos en los que me he dado cuenta de que Dios me ha hablado de manera directa, pero no he podido reconocer de inmediato lo que trataba de revelarme. Tal pareciera que mientras más me esforzaba por comprender su voluntad, menos la entendía. Eso hacía que durante un corto período de tiempo estuviera un poco ansioso y le preguntara: “Señor, ¿qué intentas decirme? ¿Qué deseas mostrarme?” No quería alejarme de su voluntad. Y como me sentía inseguro mientras esperaba por su dirección, tuve que batallar con los mismos pensamientos de ansiedad que muchos enfrentan ante la incertidumbre.


Pero no permití que esa ansiedad permaneciera en mi vida, y usted tampoco debe hacerlo.


Sin importar de dónde proviene, lidiar con ella directamente es de suma importancia. Aunque la ansiedad en sí misma no es un pecado, no debe permanecer. No debe continuar. No debe tener un efecto negativo. Tenemos que estar dispuestos a enfrentarla y a lidiar con esos pensamientos y sentimientos que la producen. La ansiedad es una reacción a ciertas situaciones de nuestra vida. Y cuando Dios revela su verdad con relación a esa situación, tenemos que darle prioridad. Cada vez que el Señor señala algo en nuestra vida que requiere instrucción o corrección, tenemos que darle toda nuestra atención. De lo contrario, podemos estar convencidos de que tendremos una vida llena de ansiedad y duda.


La ansiedad tiene innumerables orígenes; cualquier situación puede causarla. Aunque no es un pecado en sí misma, el no lidiar de la manera correcta con ella sí lo es. Y mañana reflexionaremos en cuanto a algunas razones importantes por la que debemos lidiar con nuestra ansiedad apenas comience y hacer todo lo que esté a nuestro alcance por evadirla.

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Acerca de este Plan

Victoria Sobre La Ansiedad

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Nos gustaría agradecer a In Touch Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.encontacto.org/planes-de-lectura

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