Luchando Para Ser Un Hombre De DiosMuestra

Hombres y emociones

Contenido devocional:

La primera vez que vi llorar a mi abuelo fue la noche en que me dijo que su madre acababa de morir. Tenía unos seis años. Mi abuelo fue mi héroe. Me enseñó todo, desde cómo construir cosas, hasta la agricultura, hasta la importancia de tener a Jesús en mi vida. Este hombre grande y fuerte vino y se sentó en el borde de mi cama esa noche con lágrimas en los ojos y me contó su tristeza. Nunca he olvidado esa noche. El impacto fue profundo. Pocos años después estaba triste y las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Estaba con algunos amigos pero nunca me estremecí. Llorar estaba bien. No fue hasta que fui mucho mayor que me di cuenta del regalo que me dio mi abuelo.

Existe toda esta confusión en los hombres sobre sus emociones. ¿Cuándo está bien mostrarles? ¿Son buenas algunas emociones y otras malas? ¿Qué significa ser guiados por el Espíritu y no guiados por nuestras emociones?

Aquí está mi opinión sobre estas preguntas. Primero, creo que todas las emociones provienen de Dios. Por lo tanto, la emoción en sí misma no es ni buena ni mala; es cómo elegimos expresar la emoción que puede ser buena o mala. Si estoy enojado con alguien y les pido que lo hablen conmigo, esa sería una buena manera de manejar mi ira. Por otro lado, si empiezo a golpear a la persona, esa sería una mala manera de manejarlo. Creo que el Espíritu Santo está allí, listo y esperando para ayudarnos a manejar nuestras emociones de una manera que honre a Dios. Él está justo allí y listo para saltar. Solo tenemos que preguntarle.

Reto de hoy:

1. ¿Qué emociones necesitas expresar de manera saludable que sean buenas para ti y los que te rodean?


2. ¿Cuándo eres vulnerable a ser impulsado por tus emociones?


3. ¿Hay alguna emoción en tu vida que esté fuera de control? Si es así, ¿buscarás ayuda hoy?

Ir más profundo:

Haz una lista de las tres emociones que más sientes. Ahora, en oración, examina cada uno de estos ante Dios. Pídele Su sabiduría al manejar cada una de estas emociones de una manera que lo honre.