Nacer de NuevoMuestra

¿Qué es nacer de nuevo?

Nacer de nuevo es recibir la naturaleza divina.

En 2 Pedro 1:4, el apóstol nos dice que, por medio de las promesas que hemos recibido, podemos participar de la naturaleza divina, y esto es lo que produce el nuevo nacimiento. Nacer de nuevo es recibir una nueva naturaleza; la de Dios.

Cuando hablemos del "por qué es necesario nacer de nuevo", dedicaremos un poco más de tiempo para describir lo que produce en nosotros esta nueva naturaleza. Pero por ahora, bastará con mencionar que uno de los principales resultados de esta vida es nuestro anhelo por participar de su obra.

Nosotros somos pecadores desde nuestra concepción (Salmo 51:5). Nacemos con la naturaleza pecadora, corrompida y carnal, tal y como lo expresa Pablo en Romanos 5:12 y 19 cuando explica que ser hijos de Adán es también heredar su pecado.

La nueva naturaleza divina que recibimos nace en medio de una naturaleza pecadora. De modo que los que nacen de nuevo tienen una lucha interna entre estas dos naturalezas, la carnal y la divina. También Pablo lo dice en la carta que escribe a los Gálatas en el capítulo 5 versículo 17.

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

La pelea entre estas dos naturalezas no es un gran problema. El verdadero problema sería que no hubiera esa lucha entre los deseos de la carne y los deseos del Espíritu. Eso significaría que no hay una nueva naturaleza; que no hay un nuevo nacimiento.

Nacer de nuevo significa ser una nueva creación.

En la segunda carta que Pablo le escribió a la iglesia de Corintios, en el capítulo 5 versículo 17, dice que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Esto significa que algo nuevo fue creado en nosotros, una nueva vida, un nuevo nacimiento.

Esto es importante porque tendemos a creer que la vida que Jesús nos da es para mejorar nuestra antigua vida. Pero esto no es así porque nuestra parte carnal no puede mejorar. Nuestra naturaleza pecadora será destruida por completo pues no puede ser remediada. Es por eso que el plan de Dios no es solucionar la parte corrompida de nosotros sino hacer una nueva obra en nosotros, un nuevo nacimiento.

No intentemos "mejorar" nuestra condición pecadora, pues no tiene solución. Recibamos la nueva vida que el Señor nos ofrece y caminemos en ella.