Manantial de vidaMuestra

No estén tristes.

El pueblo de Israel, en una etapa de su vida, fue llevado cautivo a Babilonia. Dios permitió que un pueblo pagano los conquistara y los desarraigara de su tierra porque habían olvidado el consejo de su Palabra. Ya de regreso en su tierra, un día, se congregó el pueblo y pidieron al escriba Esdras que les leyera el libro de la Ley. Esdras lo hizo y, conforme iba leyendo, el pueblo lloraba. ¿Por qué lloraba el pueblo? Creo que lloraban porque al oír la Escritura reconocían cuánto se habían alejado de ella.

Hoy que la humanidad está siendo afectada por el coronavirus, y que nosotros en nuestro país estamos viviendo este encierro, es válida la pregunta ¿Es esto lo que Dios quiere para nosotros? Pienso que no. Dios nos llamó a libertad (Gál. 5:13ª). Hay algo que no estamos haciendo bien. Arreglemos nuestras cuentas con Dios, sequemos nuestras lagrimas y abramos nuestros oídos porque el Señor nos dice:

“No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza”.