Información del Plan
Apropiándonos de la fortaleza de DiosMuestra
La confianza del cristiano no puede estar basada en el material del que está hecho, vale decir, su capacidad, educación, posesiones materiales, personalidad, etc., sino en el tesoro que tan privilegiadamente guarda. No somos la fuente de nuestra fortaleza. “Separados de mi nada podéis hacer”, dijo el Señor.
Por el contrario, Jesús aseguró a sus discípulos que si ellos permanecían en Él (que es la vid), llevarían mucho fruto. “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7). La razón es porque Él mismo permanece en sus discípulos, vale decir, vive su vida en ellos. Todo lo que Él es, y todo lo que puede hacer, se volvería real en la vida de sus discípulos. De forma tal que la fortaleza, gozo, paz de Dios fluirían del Señor a sus discípulos.
No podemos ir al Señor como un vehículo que va a una gasolinera a cargar combustible, para luego funcionar en forma independiente hasta que le dure el tanque de gasolina. Nosotros no poseemos reservas de poder que nos capacite para accionar en forma independiente según deseemos. En cada instante necesitamos extraer fuerzas del Señor. Lo que sacamos en este momento es bueno para la vida de este momento; no hay posibilidad de retener nada en reserva. Tal como el maná en el desierto tenía que ser recogido cada día, así nosotros tenemos que tomar del Señor para cada día.
Dios quiere que tengamos una confianza constante, así como una necesidad constante de Él. Confianza en que Él será nuestra fuerza en media de nuestras carencias, restricciones y limitaciones; pero al mismo tiempo experimentar una necesidad constante de Él.
El apóstol Pablo agrega con convicción: “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (2Corintios 4:8-9).
Esa fue la experiencia de Abraham: de profunda necesidad y debilidad; pero también de confianza en el poder y la fuerza que Dios podía proveer, para suplir, nutrir, y satisfacer cualquier necesidad. La debilidad de Abraham permitió que el poder de El- Shadday se manifestara.
¡Nuestra fortaleza viene de Dios y se manifiesta en medio de nuestra debilidad!
Acerca de este Plan
¿Cómo tomar de Dios la fuerza que necesitamos para sobreponernos a los reveses en la vida? Abraham es un modelo de cómo apropiarse de la fortaleza de Dios para prevalecer ante las adversidades. El padre de la fe un ejemp...
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/