Terminando bienMuestra

Una elección

Es un hecho. Todos envejecemos cada día, lo cual, hay que admitirlo, es mucho mejor que la alternativa. Sabíamos que sucedería, pero llegó demasiado pronto. Somos la generación mayor: los adultos mayores, los ancianos, los viejos que ahora ya están retirados. La gravedad y las arrugas han ganado la batalla, pero somos miembros reconocidos en el gimnasio. Tiene que haber un lado positivo en el envejecimiento, ¿verdad?

Nuestros cuerpos, una vez fuertes, ahora nos traicionan a medida que descubrimos nuevos dolores que no existían ayer. Nos lleva más tiempo recuperarnos durante esos breves momentos frente al espejo. ¿Quién es esa persona mayor que me mira? ¿De dónde salieron esos cabellos blancos y grises como alambres? Parece que todo lleva un poco más de tiempo, ya que las articulaciones protestan y los pasos son más lentos. 

¿Pero el tiempo? El tiempo no es más lento. Los días y los años pasan rápidamente y nos enfrentamos a la dura realidad de que quedan más años detrás de nosotros que los que tenemos por delante. 

Solo tenemos una oportunidad en esta vida terrenal. En este tiempo, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo termino bien? ¿Me sentaré a quejarme por lo que ya no puedo hacer? ¿Lloraré por el paso del tiempo? ¿O miraré hacia adelante expectante y decidiré vivir estos últimos años con un propósito, sin importar mi edad o limitaciones?

¿Cuál elegirás?

Nuestro enemigo confía en la idea de que nos daremos por vencidos, con la esperanza de que estemos de acuerdo con él en que ya no somos necesarios. Pero tú y yo podemos permanecer firmes contra él, perseverando en nuestra posición de experiencia y sabiduría en el Reino. 

Este rol es vital y de eterna importancia para quienes vienen detrás de nosotros. ¿Lo aceptaremos y lo creeremos?

Pasa unos días conmigo para ver qué dice la Palabra de Dios acerca de terminar bien. 

(Considera leer las Escrituras de hoy en Palabra de Dios para todos (PDT))