[Serie Confiado] Confiado: Cosas que sabemosMuestra

Sabemos que el mundo es malo

La Biblia llama a los hijos de Dios luz, pero al mundo oscuridad. Los cristianos deben ser completamente diferentes de este mundo. Eso no significa que debamos separarnos de las personas. Significa que necesitamos vivir lejos del pecado.

Desafortunadamente, el mundo es tentador. Sus formas son familiares para nosotros. Vivíamos en la oscuridad antes de ser salvos. Estábamos y estamos rodeados de personas incrédulas. Es tentador para los cristianos ser santos el domingo; pero para el lunes, vuelven a vivir de la misma manera que el mundo. Jesús sabía que sería difícil para sus discípulos separarse espiritualmente de este mundo mientras estaban físicamente en él. Entonces, oró por nosotros antes de ir a la cruz. Le pidió al Padre que nos protegiera del maligno en este mundo.

Desafortunadamente, la iglesia en su conjunto ha estado viviendo muy cerca del mundo. Decimos que creemos en un Dios bueno, pero muchas veces los cristianos hacen cosas malas. La gente ve racismo en la iglesia. Ven a los depredadores sexuales, el acoso y los prejuicios entre los cristianos. Eso es lo que se anuncia en las noticias. En 1986, el 10% de los jóvenes estadounidenses dijeron que no tenían afiliación religiosa. En 2016, el 39% de los adultos jóvenes dijeron que no tenían afiliación religiosa. El número de personas que en este tiempo no quiere tener nada que ver con el cristianismo, es cuatro veces mayor que hace 30 años. Muchos incrédulos dicen que los cristianos son hipócritas.

¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo podemos dar testimonio a nuestros amigos y seres queridos de que Dios es bueno? Podemos hacer varias cosas. Primero, necesitamos escuchar las historias de otros con la simpatía de Cristo. No debemos descartar sus experiencias negativas. Debemos decirles que lamentamos que hayan encontrado maldad en una iglesia. Luego, debemos mostrarles que estamos brillando para Cristo. Cuando podamos demostrar a los no creyentes que nuestras vidas reflejan la bondad de Dios, nos escucharán. Ahora, podemos compartir el verdadero evangelio con ellos. Podemos invitarlos para que acepten a Cristo como su Salvador y su Sanador. Dios puede sanar a las personas de las heridas que experimentaron, incluso cuando esas heridas fueron infringidas por la iglesia.

Cuando vivimos en la luz, podemos marcar la diferencia entre nosotros y este mundo. Podemos ser buenos, aunque este mundo sea malo. Entonces, podemos invitar a otras personas a experimentar a Dios. Nuestras vidas deben ser radicalmente diferentes del mal de este mundo para que podamos testificar a otros acerca de un Dios bueno. Entonces, podemos decir a los no creyentes o a quienes han sido heridos por una iglesia: «Permítame llevarlo a la bondad, la fuerza y ​​la gracia del Señor».