Sé Fuerte [Mi Propuesta]Muestra

PUNTOS DÉBILES

Hoy aprendemos que somos tan fuertes como nuestro punto más débil. Por lo tanto, si deseamos ser fuertes debemos encontrar “ese” punto débil y... 

Tengo una propuesta para ti en este día:

Todos tenemos un punto débil, un lugar donde nos pueden hacer daño, y si piensas que han encontrado “ese lugar”, y hoy la vida te golpea justo allí, tengo para ti una buena noticia.

En la mitología griega Aquiles era un semi-dios, hijo de una diosa griega y de un humano, y cuenta la leyenda que su madre, para hacerlo inmortal, lo sumergió en las aguas de un río sosteniéndolo del talón. Por eso el joven quedó inmune a las armas, salvo por su talón, que no fue sumergido.

Aquiles, murió en la batalla de Troya, cuando un soldado le disparó una flecha precisamente allí, en la única parte débil de su cuerpo: el talón. Por eso, a nuestros puntos débiles algunos lo llaman hoy: “nuestro talón de Aquiles”.

Aunque tú y yo no somos “dioses griegos”, aunque al nacer nuestra madre no nos sumergió en un río de inmortalidad sosteniéndonos del pie. Igual tenemos una parte más débil. Tú y yo tenemos nuestro “talón de Aquiles” en alguna parte de nuestro ser.

Uno soporta todo hasta que alguien dispara “esa” flecha que da justo en “ese” lugar débil, y ya no dan ganas de seguir.

Ese “Día Malo” te alcanza, en el que sientes que a nadie le importas. Ese día que esperabas algo y no llegó, que los resultados no fueron los mejores; ese día que luego de quitar la piedra que te estorbaba para avanzar, descubres otra, apenas unos pasos adelante.

Sí, tenemos un punto débil. Pero tengo una buena noticia para darte, escucha.

Aquiles tenía “sandalias” que dejaban al descubierto su punto débil.

Pero nosotros tenemos protección en los puntos débiles. Dios mismo puso un escudo para cubrir cada parte débil de tu vida y de la mía. Tú tienes los tuyos, y yo tengo los míos, pero Dios nos cubre a ambos.

Dice David en el Salmo 28:7: “El Señor es mi fortaleza y mi escudo”.

Y el apóstol Pablo en la carta que le escribe a los cristianos que vivían en la ciudad de Éfeso dice: “Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios”.

¿Tenemos puntos débiles? Sí, los tenemos. ¿Las flechas llegarán? Sí, tarde o temprano llegará tu “Troya” como le llegó al mítico Aquiles.

Por eso, te propongo que dejes de intentar esquivar los golpes de la vida. Que dejes de soportar el dolor cuando alguien le acierta a tu punto débil.

Hoy te propongo que tomes la armadura de Dios y cubras con Cristo cada punto débil de tu cuerpo.

Dios te bendiga. 

Carlos Barbieri