Cómo dejar de preocuparteMuestra

Cómo detener el ciclo de preocupación

En el día 2, aprendimos mucho sobre la preocupación. Entonces, ahora, ¿qué hacemos? Tenemos que reconocer cuándo estamos preocupados y reemplazar esos pensamientos no invitados por otros que no solo traen un buen retorno sino que nos ayudan a vivir en paz.

Ora en su lugar

En Filipenses 4: 6-7, se nos dice que no estemos ansiosos o preocupados, sino que oremos. Es más fácil decirlo que hacerlo, ¿no? El autor Max Lucado dijo: “Nadie puede orar y preocuparse al mismo tiempo”. Normalmente elegimos preocuparnos en lugar de orar. Es más natural para nosotros. Cambiemos eso y hagamos una oración en lugar de dejar que la preocupación nos abrume. Mientras más oremos, menos nos preocuparemos.

Aliméntate de pensamientos saludables

La preocupación a menudo nos hace pensar en escenarios hipotéticos que tal vez nunca sucedan. Cuando hacemos esto, debemos detener nuestros pensamientos en seco. Imagínate literalmente agarrando ese pensamiento preocupante de la nada. En lugar de volver a él, usa la Palabra de Dios para porque es nuestra fuente de esperanza.

Vive agradecido

La mayoría de las personas que viven en gratitud suelen ser alegres. ¿Y sabes qué más? Por lo general, no pasan su tiempo preocupándose. Por lo tanto, busca maneras de estar agradecido. Puede ser un diario donde escribes algunas cosas diariamente. Y todos los días podemos agradecer a Dios por Su creación, ya que nos recuerda lo maravilloso que es.

Encontrar la libertad de la preocupación lleva tiempo. Hemos creado el hábito de la preocupación, así que terminemos con él empleando estas ideas. Aunque esto lleva tiempo, no significa que no encontrarás el éxito. Cuando dejas de preocuparte y oras, ¡eso es un éxito! Si fallas en el siguiente pensamiento y te preocupas, muéstrate un poco de gracia. Simplemente comienza de nuevo.

Mientras más honestos seamos acerca de cuánto nos preocupamos, más podemos erradicarlo de ser una parte normal de nuestras vidas. Preocuparse es normal, así que luchemos por ir en contra de "la norma". En lugar de eso, optemos por orar, tener pensamientos saludables y dar gracias a Dios por las bendiciones en nuestras vidas.

Reflexiona

• Piensa en esa cosa que más te preocupa. Si es causado por algo que estás escuchando o viendo, considera limitar o eliminar esa fuente.


• Ora por esta preocupación particular. Cada vez que se te ocurra ese pensamiento y sientas la tentación de preocuparte, en lugar de eso, haz esta oración. No te desanimes si tiene que hacer esto 50 veces al día. ¡Cambia tu mentalidad y reconoce que estás orando 50 veces más al día!