Solterones con propósitoMuestra

¿A quién no le ha ocurrido que un día ves a esa persona como nunca antes y sientes una gran atracción y ocurre que logras entablar una amistad con él o ella y logras que también acepte tu invitación a salir luego de que te las ingeniaste para que te dijera que sí?

El tiempo pasa y, hasta ahorita, todo parece perfecto: las salidas son buenísimas, desearías ver a esa persona diariamente porque hay química y piensas que Dios ha contestado a tu oración de todas las noches: que querías conocer a la persona indicada.

Pero, de repente, ocurre lo que más temías: la persona se vuelve cada día más cortante, pareciere que ya no hay más química y, luego, te dice las palabras que muchos, hoy en día, hemos escuchado, que, probablemente, te las han dicho a ti y que nadie en el mundo quisiera oír de boca de esa persona tan especial: “Yo solo te veo como un amigo”. Eso es como una bala entrando lenta y dolorosamente a tu corazón; entonces, entras a ese lugar tenebroso: la “friend zone”.

Me ha pasado, si te soy sincero; y, luego, viene lo que en mi país llamamos “bajones”, es decir, esos momentos en que te sientes, emocionalmente hablando, "por el piso" y empiezas una especie de discusión/conversación/preguntas hacia Dios, porque sentías que Dios estaba a tu lado y tenías el pensamiento que todo iba a salir súper bien.

Y, es ahí, cuando cobra vida la palabra que nos dice que nuestros planes no son nada parecidos a los de Dios, que los pensamientos de Dios nos sobrepasan totalmente. Esto me dice que Dios desea lo mejor para nosotros, porque Él, más que nosotros, tiene un deseo apasionado por darnos un fin bueno; y su deseo no cambia, se mantiene.

Si fuiste o serás no correspondido está bien sentirte mal, pero siempre ten en mente que Dios tiene planes de bien y te prometo que, al final, todo esto tendrá sentido.

No dejes que una mala experiencia nuble lo que realmente eres: eres un hijo/a de Dios y tienes un enorme valor, eres una joya, la niña de los ojos de nuestro Padre.