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El discipulado es un compromiso radical (parte I)Muestra
¿A qué se debe renunciar?
El día de ayer concluimos que es importante renunciar a todo lo que pueda interponerse entre Jesús y el que ha sido llamado. De esta manera, el llamado de Jesús al seguimiento plantea la necesidad de una conversión, raíz fundamental y primera, que se concreta en las renuncias siguientes:
Renuncia al dinero y a todos los bienes
«Ningún criado puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero».
«...Vende todo lo que tienes... y, anda, vente conmigo».
Es entendible que las exigencias de despojarse de los bienes materiales que plantea Jesús en las instrucciones dirigidas a los doce discípulos inicialmente y, luego, también a los setenta cuando les envía a proclamar el Reino de Dios, misión que está esencialmente vinculada al seguimiento (Lucas 10:1-7), no indican que, para ser discípulo de Cristo se deba hacer un voto de pobreza o un llamado a vivir en la escasez.
Convendría tener en cuenta el radicalismo del evangelio, referido al uso de los bienes y la riqueza acumulada con fines egoístas, como un obstáculo insuperable para entrar en la vivencia dinámica del Reino. Es necesario, en consecuencia, despojarse del culto idolátrico a las riquezas y mantener una cultura de generosidad, que nos llene de compasión para compartir con los pobres, lo que hemos recibido por gracia.
Renuncia al apego a nosotros mismos, a la vida propia
«El que conserve su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la conservará».
«Sí, os lo aseguro, si el grano de trigo cae en tierra y no muere, queda infecundo; en cambio, si muere da fruto abundante».
El valor de la vida propia debe quedar supeditado al valor de la vida eterna, por lo tanto, la muerte a sí mismo como experiencia y demostración de nuestra entrega a Cristo se constituye en una realidad que el Evangelio del Reino demanda.
Renuncia a la instalación cómoda
«Te seguiré donde vayas. Jesús le respondió: las zorras tienen sus cuevas y las aves sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde recostar la cabeza».
En esta oportunidad, para frenar el ímpetu emocionalista de un admirador entusiasta y, a fin de que pudiera aceptar lo que el camino del servicio al Reino entraña de incierto e imprevisible, le hizo esta dramática aclaración.
Acerca de este Plan
Al admitir que seguir a Jesús con su radicalidad y universalidad como fórmula breve del reino, ¿no convertimos la vivencia en Cristo en algo exclusivo para minorías heroicas? ¿No vinculamos la fe en Cristo a un altruismo...
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Nos gustaría agradecer a la American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.americanbible.org