[El amor de Dios] El hijo pródigoMuestra

El plan de Dios versus nuestro plan

Lucas 15 nos cuenta la historia de cien ovejas y una que se pierde. Luego continúa, habla de diez monedas y una que se perdió. Un poco más adelante en el capítulo, leemos sobre dos hijos, uno de los cuales se pierde por un tiempo. Este capítulo de la Biblia muestra a Dios volviéndose más personal cuando quiere hablar de su amor por nosotros.

Vamos a profundizar en la historia de «El hijo pródigo», durante los próximos días. Un hijo pródigo es alguien que gasta dinero de una manera temerariamente extravagante y luego hace un retorno arrepentido. Si pensamos en el hijo pródigo, se nos ocurren algunas palabras: falta de respeto, impaciencia, lujuria, engaño, infidelidad, egoísmo, descuido e imprudencia. Vemos a alguien cuya visión egoísta condujo a una vida que se hundió.

El hijo pródigo tenía este pensamiento que a menudo consideramos también: «Mi plan es mejor que el plan de mi padre». Los hijos y las hijas pueden pensar esto hacia sus padres; la gente puede tener tal pensamiento hacia Dios. Mi plan es mejor que el plan de mi padre.

Existe la posibilidad de que podamos entrar en esta disyuntiva en el camino de nuestras vidas, donde tenemos que decidir si el plan de Dios es mejor que nuestro plan. Podemos vernos parados allí, en la bifurcación, preguntándonos qué camino tomar. ¿Vamos a seguir el plan perfecto de Dios para nuestras vidas, o seguiremos nuestros propios planes y acudiremos a Dios para que simplemente los bendiga?

C.S. Lewis dijo: «No estamos necesariamente dudando de que Dios hará lo mejor por nosotros: nos preguntamos qué tan doloroso será lo mejor». Tal vez el hijo pródigo no quería quedarse con su padre porque pensaba que vivir allí solo permitiría una vida más relajada y divertida. No tendría que trabajar tanto, y simplemente «disfrutaría» la vida de la manera más fácil.

Siempre sabemos en nuestros corazones que el plan de Dios es mejor, sin embargo, de alguna manera, no siempre queremos hacer las cosas a la manera de Dios. A veces, tan solo queremos hacer lo que queremos hacer y esperamos que Dios no nos preste atención.

Pensamiento del día 

Dios siempre tiene un plan para nuestras vidas. Espero que finalmente nos demos cuenta de que sus planes son siempre mejores que nuestros planes.