Espíritu Santo: ¿Somos inflamables o a prueba de fuego? Muestra

  Jesús fue bautizado en el Espíritu Santo

  Aunque concebido por el Espíritu Santo, Jesús necesitó el bautismo en el Espíritu para embarcarse en su ministerio. Después de que Juan el Bautista bautizara a Jesús en el Jordán, se produjo un segundo bautismo. El Espíritu de Dios descendió sobre Él, como una paloma, no como una llama de fuego porque no había nada que quemar en Jesús.

El gran Señor para los cristianos es Jesús, y Él fue bautizado en el Espíritu Santo. Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas narran todos ellos el mismo evento. El cuarto Evangelio, Juan, da más detalles. Juan el Bautista, el precursor de Jesús, declaró: “Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él” (Juan 1:32). Jesús mismo explicó: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas...” (Lucas 4:18). Pedro, en Hechos 10:38, dijo: “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret”. Juan el Bautista dijo algo emocionante; “pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo” (Juan 1:33).

Cristo tuvo una experiencia humana de Dios para mostrar cómo debería ser una experiencia humana perfecta. Él fue el primero de multitudes. Él fue el primer hombre en la tierra en ser bautizado con el Espíritu Santo. Juan 3:34 (NVI) dice: “pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción”. Juan 1:16 declara: “Porque de su plenitud tomamos todos...”. Esa es la maravillosa verdad, que lo que Él recibió era para todos. Él fue lleno para nosotros, y de su infinita llenura somos llenos nosotros.