Barandas de protección: evitando remordimientos en tu vidaMuestra

Todos conocemos a alguien, o es alguien o criará a alguien cuya vida hubiera sido completamente diferente si hubiesen establecido barandillas para regir su moralidad sexual.

Hacerlo no es una elección popular. De hecho, en ninguna otra parte hace mejor trabajo la cultura de forzarnos al límite (y después nos castiga y nos avergüenza cuando metemos la pata) que en lo que se refiere a los límites morales. Vemos películas, escuchamos canciones y leemos libros que glorifican el sexo fuera del matrimonio. Nos entretenemos con eso todo el tiempo, pero cuando realmente pasa... Cuando alguien que conocemos tiene una aventura, estamos consternados.

Así que, una advertencia justa: la cultura trabajará contra tus esfuerzos para establecer barandillas morales, pero en los versos de hoy el apóstol Pablo explica por qué son tan importantes.

Él dice que la sexualidad inmoral es dañina de una forma única. De hecho, lo coloca en una categoría propia, diciendo que es pecar contra tu [propio] cuerpo". En otras palabras, es malo para la otra persona involucrada y es mala para ti. Y aun más, nunca te escapas de sus consecuencias. Te puedes recuperar por completo en lo financiero, te puedes recuperar por completo en lo académico, pero en cuanto a lo que es pecado sexual es diferente. ¿Perdonado? Absolutamente. Esto no tiene nada que ver con que Dios te acepte y perdone. Es simplemente que con el pecado sexual no hay manera de rehacer las cosas.

Entonces, ¿cuál es el consejo de Pablo? "Huye..."

¿No es eso lo que cada esposo quiere que haga su esposa o lo que cada esposa quiere que haga su esposo? ¿Lo que cada hermano quiere que haga su hermanita? "Huyan de la sexualidad inmoral".

¿Cómo hacemos de eso una barandilla personal? Consideremos cómo Jesús definió el pecado, y luego veremos cómo eso se aplica al pecado sexual. A través de su ministerio, Jesús enseñó que lo que es mejor para otras personas es lo que es mejor. El pecado, entonces, es cualquier cosa que se queda corta en eso. Cada vez que mepongo antes que a tien tu detrimento, eso es pecado. Cada vez que te pones a ti antes que a mí, en detrimento mío, eso es pecado.

Así que, la barandilla de nuestra sexualidad debería prevenirnos de hacer cualquier cosa que no es lo mejor para la otra persona. ¿Le hará sentirse avergonzada? ¿Será un secreto que deberá cargar por el resto de su vida? ¿Perjudicará sus relaciones futuras? Así que como dice Pablo, "huye".