TEMOR

Con el tiempo, la espera terminó. Por la intervención milagrosa de Dios, mi esposo y yo fuimos bendecidos con otro embarazo. Para mi sorpresa, no estaba llena de la alegría que había anticipado. En cambio, estaba abrumada por un miedo paralizante. Antes era más fácil confiar en la voluntad de Dios, cuando ya no había nada que perder. Ahora que teníamos un nuevo bebé en nuestras vidas, estaba aterrorizada de que la voluntad de Dios y mi voluntad no fueran las mismas. No podía confiar en que Dios haría lo que yo quería.

Encontré un himno del 1700 llamado "Paz Corazón", que me encontró en mi miedo. Las letra es:

“Paz corazón, contigo Dios esta
Lleva tu cruz sin pena o dolor
Confia en Dios y Él te proveerá
En cada cambio siente su amor
Paz corazón, tu amigo celestial
Mostrara el gozo al final”

Esta canción parecía expresar perfectamente todas las emociones mezcladas en mi corazón. Me recordó que aunque en el peor de los casos en mi mente era una posibilidad muy real, Dios sería fiel para ayudarme. Tuve que aprender a confiar. Tuve que llevar a mi bebé con las manos abiertas. Tenía que estar dispuesta a recibir y devolver. Tuve que dejarlo ir.

En el dejar ir, encontré la paz.

El miedo puede ser absolutamente paralizante. El enemigo usa mentiras para crear miedo en nuestras vidas. La mejor manera de combatir ese miedo es mantener la verdad cerca y volver a ella constantemente. Cuando nos rendimos al miedo, permitimos que Satanás logre su objetivo de robar, matar y destruir. Dios, por otro lado, tiene un plan diferente en mente para nosotros: ¡darnos vida y vida en abundancia! Cuando permitimos que el miedo frene nuestros corazones y nuestras mentes, desechamos de buena gana la libertad y la paz que Él tiene para nosotros.