Cómo identificar a los verdaderos amigosMuestra

Heridas que sanan

Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto. Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece.

Un enemigo puede decirnos lo que queremos oír. Un amigo real, nos dirá lo que necesitamos oír. Todos tenemos puntos ciegos. Todos tenemos errores, debilidades y pecados. Necesitamos gente en nuestras vidas que nos desafíe amable y amorosamente. Gente que nos conozca. Gente en la que confiamos. Todos necesitamos gente así en nuestras vidas. De hecho, si no tenemos gente así, estamos en problemas. Nos encaminamos hacia el desastre. Ciertamente, nunca nos convertiríamos en el hombre y la mujer que Dios desea que seamos.

Si estás casado, seguramente tu cónyuge te desafía esperanzadoramente, de una manera amable y amorosa. Pero necesitas más que tu cónyuge. Necesitas amigos, amigos reales, que te amen lo suficiente para confrontarte. Necesitas un pequeño grupo, un grupo donde hay una comunidad genuina, no falsas comunidades. Todos necesitamos gente como esta en nuestras vidas. Es simplemente la manera en que Dios transforma a las personas.

Desafiar a alguien es un acto de amor. Nunca es divertido, pero no lo haces porque sea divertido, lo haces porque te importa esa persona. Es por eso que los padres no tienen problemas en confrontar a sus hijos, porque a ellos les importa. Los padres están más interesados en amar a sus hijos que en complacerlos. Cuando se refiere a sus hijos, son amorosos, no agradables. Si eres amoroso, tú confrontas. Si eres agradable, retrocedes en cobardía. 

Te doy dos advertencias:

1. Si alguien no está abierto a ser confrontado o enseñado, no vayas a él. «No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará».


2. Ve directamente a la persona. Si vas a alguien que no es parte del problema o parte de la solución, se convierte en chisme, no es amor. Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos.

No te dejes llevar para confrontar a todos. Dios no te ha dado el don espiritual de la crítica. Pero si tú amas a alguien, habrá momentos cuando necesites desafiarlo. Quizá es problema de orgullo, un problema de honestidad, un problema con el licor o un problema con la manera de tratar a su cónyuge. Cuando llegue esta ocasión, ve a la persona. Amorosa, amable y humildemente ve a ellos porque realmente te importan. 

Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto. Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece.