[Serie Nada nos separa de su amor] Dios ofrece aceptación y amorMuestra

Bendeciré al Señor con toda mi alma

A lo largo de este plan devocional, hemos visto cómo se manifiesta el gran amor de Dios sobre sus hijos, también hablamos que nuestro Padre es tierno y compasivo; que su misericordia es eterna y está a disposición de todos quienes creemos en él. Seguimos en Salmos 103, pero ahora vamos a hablar sobre la parte final, los últimos cuatro versículos. 

Después de reconocer quién es Dios en su vida, termina en alabanza total y gratitud por quién es. Por eso vemos cómo se dirige a los ángeles, sus ejércitos y todas sus obras, refiriéndose a su creación, que bendigan a Dios. El salmista expresa con sus ideas la grandeza de Dios y termina de igual manera como empezó este salmo, diciendo: ¡Bendice, alma mía, a Jehová! 

¿Cuánto tiempo dedicamos a la adoración de Dios? Si fuese por merecimientos, diríamos que Dios se merece toda adoración. Pero ¿cómo podemos decir que se merece algo, cuando nos dio todo? Nuestra alma no para de alabarlo, de reconocerlo por quién es, no tan solo por lo que ha hecho, aunque sus obras son innumerables. Sin embargo, profundizar la intimidad con Dios, desarrolla un espíritu de gratitud con el Padre, una relación de amor que no depende de lo que ha hecho, sino de quién es Dios. 

Cuando viene este entendimiento, lleva a los hijos de Dios a tener la actitud del salmista, de no quedarse en las situaciones difíciles viendo el problema, sino recordando quién es Dios y que Dios es su Padre. Entonces, encuentra fortaleza en él, su vida toma un giro diferente, porque sabe de quién es hijo, la posición que tiene en él y lo que le ha sido dado para seguir adelante cumpliendo el propósito por el cual vive cada día. 

En este entendimiento, aprendemos a vivir por encima de las circunstancias, gobernándolas y transformándolas con el poder que hemos recibido como hijos, tal como el salmista lo expresa. El conocimiento de Dios y su Palabra dimensionan tanto a cada persona, que es posible alabarlo estando enfermo, teniendo necesidad, enfrentando situaciones difíciles o cualquier otra cosa en la vida. Porque el conocimiento de Dios da identidad a sus hijos. Sin importar la situación, alaba a Dios, agradece por un día más de vida, disfruta lo que el Padre te da y manifiesta a tu favor.

Reflexiona

Alabar a Dios debe ser parte de la normativa del hijo de Dios, parte de su vida y decisiones. Porque es en la vida donde se da reconocimiento, alabanza y gratitud a Dios.