El Evangelio A Través De Los Ojos De Pedro – Marcos 12–16Muestra

Día 6 — Anuncio

Texto: Marcos 16:15–18

Reflexiona:

Jesús dijo: «Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todo el mundo».

Piensa:

¡Cuántas noticias llegan diariamente a tu vida! Algunas son intrascendentes, otras son importantes y otras son vitales, es decir sin estas últimas no podrías vivir de la manera en que vives. Quien decide si las noticias que te llegan son importantes o no, eres tú mismo. Tal vez nos preguntamos, ¿qué hace que para mí una noticia sea importante y esperada? Lo más seguro es que detrás encuentres un sistema de creencias y valores. En los años de tu crecimiento te inculcaron qué es bueno y qué no.

Hoy Jesús te llama a ti, necesita de ti. Él trajo al mundo la noticia más importante que es: «el mal no tiene la última palabra, porque Jesús ha vencido el mal y la muerte y nos ha redimido de todo lo que nos esclaviza». Tal vez, para muchos esta noticia no es tan importante, porque no han podido darse cuenta de todo el mal que los rodea y necesitan de alguien que les ayude a conocer la verdad.

En el mensaje, siempre hay un mensajero. Reflexiona seriamente, tú has recibido el mensaje y el Señor te elige para que lo transmitas, para que seas su vocero, ahora eres el que anuncia las buenas noticias y liberes a los cautivos. 

Dialoga:

Señor Jesús, entiendo tu mensaje de salvación, lo acepto y te acepto a ti como mi único salvador y redentor. Tú conoces mis limitaciones, sin embargo, hoy recibo con alegría la misión que me encargas de ser tu vocero y mensajero. Ayúdame, Señor, pues con mi pequeñez me da miedo, pero acepto el desafío. Acompáñame en este caminar. 

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Anunciaré tus buenas noticias para que te conozcan, Señor Jesús»

Recalculando:

Nada mejor que hacer un listado de personas cercanas a ti a las que puedas visitar y conversar sobre las buenas noticias. No se trata de forzar a nadie, sino de mostrar tu alegría cristiana y presentar el mensaje de Jesús, como las buenas noticias. Posiblemente algunos no te escuchen y otros sí. Pero ponte una meta de hacerlo y dejar también en manos de los demás la posibilidad de escuchar con atención y asumir una vida según el evangelio.