[Serie El amor de Dios por nosotros] Cómo enfrentar el cuidado diarioMuestra

¿Dónde empiezo?

«¿Cómo puedo ayudar?» «¿Qué puedo hacer hoy?». A medida que te familiarices con la naturaleza de la enfermedad de tu ser querido y comiences a aceptar las limitaciones que trae, vas a encontrar maneras de ofrecer el cuidado necesario día tras día. La necesidad de tu ser querido de amor, atención, cuidado y gentileza irá en aumento. Cada día que pasa lleva consigo mayor deterioro en la salud de tu ser querido, y el dolor tanto en él como en ti, aumenta. Pero no estás solo en esta fase. El Señor no te abandona en este proceso.

Los desafíos que enfrentes pueden intensificar los sentimientos de resentimiento, ira, depresión y dolor. Sentimientos válidos cuando se atraviesan situaciones difíciles. Lo vemos en las palabras del salmista, en el Salmo 46, pero vemos como él decidió que nada absolutamente podía moverlo del refugio adecuado que tenía en el Señor. Esas palabras están allí escritas para que nos den fuerzas en medio de los momentos difíciles. Sabiendo que ninguna desgracia los aparta del refugio perfecto que da el Señor.

Entrega tus problemas al Señor y permite que el amor y cuidado de Dios sean para ti la fuente diaria de fuerza. Dios está contigo, no se ha olvidado de ti y tu situación, Dios te fortalece y sostiene. Pero es necesario que tú deposites tu confianza en él. Que permitas que su Palabra te fortalezca cada día, pues las dificultades vienen, pero Dios te lleva cada día a nuevos estados de paz y consuelo para que sigas adelante con la actitud adecuada ante la vida. 

Acude a Dios cada día en busca de renovación y fuerza. Dios es el punto exacto donde comenzar. En él cada día, renueva tus fuerzas. Cuando sientes que no puedes más, ven a Dios. Cuando la carga se hace muy pesada y el dolor invade todo tu ser, ven a Dios. Cuando Dios es el todo en ti, entonces las cosas se ven desde otra perspectiva. Por eso él es el punto donde comenzar, no hay mejor lugar, pues es el perfecto refugio y la fuente perfecta de paz. Todo lo demás puede fallar, pero no Dios. Una vez que tienes claro tu punto de inicio, entonces podrás saber qué hacer y cómo seguir apoyando a tu ser querido en medio de la enfermedad.

Palabra de confianza de parte de Dios

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia.

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