[Serie El Señor te mantiene a salvo] El gran amor de Dios por tiMuestra

Celebra el amor de Dios por ti

Este día del plan lo emplearemos para agradecer y bendecir con todo nuestro ser el santo nombre de Dios. Es tiempo de agradecer a Dios por todos sus beneficios. Hoy es día para recordar todas las cosas buenas que hemos recibido del Padre celestial. Hacer memoria de cada detalle que nos ha permitido sonreír, festejar o disfrutar. Demos honra y gloria a nuestro Dios, primero que todo porque estamos vivos. La vida es valiosa y lo entiendes cuando se te va entre las manos. La valoras cuando ves que otros parten y ya no están. 

Por eso es tiempo de celebrar el amor de Dios por ti, el amor de Dios expresado en su Hijo Jesucristo, quien se hizo hombre para ofrecerse como sacrificio por cada uno de nosotros. Entonces, nos dio una clase mejor y superior de vida, la vida espiritual. Hasta ese entonces, la humildad solo tenía conciencia de la vida física, importante, pero no lo es todo. La vida física es temporal. Así vivas 50, 80 o 100 años, es poco, pues es temporal al compararlo con la eternidad de Dios. La vida eterna es para celebrarse. 

Agradezcamos a Dios por perdonar nuestras maldades, por la salud, por las fuerzas que nos da cada día para vivir, por la familia que nos ha dado. Por los seres queridos que nos rodean. No solo de la familia física, sino de la familia de Dios. Aquellos hombres y mujeres que, como nosotros, han depositado su fe en el Hijo de Dios.  Celebremos a Dios por cada persona que conocemos en el trabajo o en el lugar de estudio. Por cada vecino y amigo que entra en nuestra vida. 

El amor de Dios hacia nosotros por sobre todo se manifiesta a través del perdón de pecados. Te invito a celebrar que Dios quitó lo que nos separaba de él. Celebremos que además Cristo en la cruz nos dio sanidad. Que llevó todas nuestras enfermedades. ¡Dios ha hecho tanto a nuestro favor!

Su amor tan grande hacia nosotros es digno de celebrar. Su paciencia, su compasión y misericordia nos acompaña cada día. Alabemos, seamos agradecidos y glorifiquemos su nombre. 

Oremos

Padre celestial te alabamos por tu amor, celebramos tu misericordia, paciencia y perdón. Tu amor cada día se manifiesta a nuestro favor. Celebramos la abundancia de vida que tenemos en ti. En el nombre de Jesús, amén.