Tras las pisadas de JesúsMuestra

Conociendo a Dios

En uno de los relatos más asombrosos de las Escrituras, Moisés se encuentra con Dios. Una zarza ardiendo, pero que no se consume, el quitarse las sandalias, una voz que habla en medio del fuego, todas cosas inverosímiles en el encuentro de Dios con quien libertaría a su pueblo de la esclavitud de Egipto.

Seguro que Moisés jamás olvidaría ese encuentro. El escuchar la voz de Dios, el conocer su nombre. 

Cuando Moisés pregunta por el nombre de Dios, Éste responde con una expresión hebrea que fonéticamente se pronunciaría "Ej-yej", y que literalmente significa "Yo soy (o estoy) el que soy (o donde estoy)", para luego darle a Moisés la forma definitiva en que ese nombre debería pronunciarse. Fonéticamente se pronunciaría "Yaj-wej", que significa "Él es quien es él" y que, por una serie de convenciones de traducción, tanto del hebreo al griego, como al latín, como a las lenguas modernas, en español terminó conociéndose como Jehová o Yahvé según traducciones más actuales.

El punto a resaltar es lo inmortal, inmaterial y lo único de ese Nombre. Dios quiere decir algo más al dar su nombre, que Él está más allá del tiempo y del espacio, que Él es. 

En Jesús eso alcanza una expresión más próxima, "Yahwe  salva". Conocer a Jesús es experimentar a ese Dios que es capaz de salvar venciendo barreras de tiempo y espacio. 

Moisés nunca olvidaría ese primer encuentro. ¿Lo harías tú?

• ¿Le haz conocido personalmente?


• ¿Qué experiencia personal de conocer a Dios se te hace inolvidable?


• ¿Qué hizo para que tu vida nunca más fuera la de antes?