Listos para la batallaMuestra

La Biblia nos enseña lo hermosa y maravillosa que es esta tarea de evangelizar y la importancia primordial que tiene para nuestro Señor Jesucristo. Al leer la Escritura, me di cuenta de la suprema tarea que tenemos como Iglesia, como Cuerpo de Cristo, de salir, ir, anunciar, proclamar, contarles a todos que Él es el camino, la verdad y la vida.

He visto con mucha tristeza cómo, a lo largo y ancho de este mundo, la Iglesia ha hecho a un lado este mandato. Para algunos, la tarea de evangelizar se ha convertido en una carga; para otros, es simplemente una obligación más, un evento dentro de un calendario, una agenda. Concebir la evangelización de esta manera es lo que hace que, sin darnos cuenta, fracase.

Como Iglesia de Jesús, debemos comprender que la tarea suprema de evangelizar es un llamado a hacer guerra espiritual. En palabras más simples, evangelizar es poner en práctica la guerra espiritual. Es salir de las cuatro paredes del templo para ir al territorio enemigo, a un lugar llamado mundo, a las plazas, los parques, las calles… allí donde Satanás tiene el control, el imperio y el dominio de las vidas esclavizadas por el pecado.

Evangelizar es arrebatarle al diablo de sus mismas garras las vidas que tiene atrapadas.

Como Iglesia de Jesús, poseemos la autoridad para ordenar al diablo que suelte las almas para que el Evangelio pueda resplandecer en toda la Tierra.

Tan maravillosa es la Palabra de Dios que nos da el llamado, nos muestra el problema y nos ofrece la solución. Depende de nosotros poner por obra todo lo que en ella está escrito.