Dios hace su parte y nosotros..., la nuestraMuestra

Dios toma la iniciativa

Jesús hizo su parte, se sacrificó, dejó el cielo, vino a vivir entre nosotros y murió en la cruz soportando humillación y desprecio por llevar nuestro pecado. El Espíritu también hace su parte y nos lleva al Señor porque ninguno lo busca por iniciativa: él pone el deseo y decidimos responderlo o no; la Biblia dice que convence de pecado, justicia y juicio. Dios hace su parte, pero nos toca:

1. Oír

El que invoque el nombre del Señor, será salvo. ¡Es fácil!, ¿por qué muchos no lo hacen?: ¿cómo lo invocan para que los salve, si no creen en él y cómo escuchan de él sin que alguien les hable?...: ¡hagámoslo!, si no, nadie lo hará.

Sé que cuando vamos a presentar a Jesús nos dicen «no venga a predicarme», pero no nos intimidemos: hablemos sin importar lo que nos digan porque puede que seamos los únicos que lo harán; la Biblia dice en Ezequiel que si Dios nos envía a alguien y no vamos, seremos responsables de su sangre. ¡No perdamos la oportunidad porque la fe le llegará por el oír, así no quiera escuchar!

2. Aceptar a Cristo como salvador

Tenemos libre albedrío y, si oímos de Jesús, decidiremos si lo aceptamos o no porque está a la puerta de nuestro corazón llamándonos y, si escuchamos su voz y le abrimos, entrará y comerá con nosotros como amigos. ¡Extraordinario!

3. Decir y creer con el corazón que Jesús es el Señor

Activamos la fe, la hacemos funcionar al confesarlo y creer en el corazón que Dios lo levantó de los muertos, pues así somos declarados justos y salvos.