Libre de todo temorMuestra

Un original

En 1 Samuel 15:19 y 24 nos proveen una muy buena perspectiva sobre una de las áreas de ansiedad para muchas personas, algo que puede estar controlando su vida hoy. 

Éste es Samuel hablando con Saúl: 

“¿Por qué, entonces, no obedeciste al Señor? ¿Por qué echaste mano del botín e hiciste lo que ofende al Señor?”

Saúl responde en el versículo 24:

“―¡He pecado! —admitió Saúl—. He quebrantado el mandato del Señor y tus instrucciones. Los soldados me intimidaron y les hice caso”.

¡Hmmm! “Temí al pueblo y escuché su voz”. Saúl confesó que estaba preocupado sobre lo que otras personas iban a pensar de él y lo que otras personas iban a decir de él. Y, como resultado, tomó una decisión muy mala contraria a lo que Dios quería. 

Muchas personas, inclusive buenos cristianos, son consumidas con la preocupación de qué dirán otras personas de ellas. Déjeme decirle algo: el peor lugar para poner su paz es en la cabeza de alguien más. Proverbios 29:25 dice: “El temor al hombre es un lazo” 

Saúl es un ejemplo perfecto. Nunca satisfizo su destino, nunca satisfizo su propósito porque estaba demasiado preocupado por lo que otros pensaban de él aunque Dios le había escogido como rey. 

Alguien sabiamente dijo lo siguiente:

“No es lo que yo pienso que soy lo que me moldea y me impulsa, y no es lo que usted piensa que soy lo que me moldea y me impulsa. Es lo que yo pienso que usted piensa que soy lo que me moldea y me impulsa”. 

¿Es ésa su preocupación hoy? Si es así, permítame darle un consejo: Sea usted mismo. Usted fue creado por Dios como un original, y sería una pena que muriera como una copia.