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GuerraMuestra

Warfare

DÍA 1 DE 5

Días después de que la tragedia del 11 de Septiembre golpeara el alma de nuestra nación, le pidieron a las fuerzas especiales, conocidas como La Boina Verde, empacar, dejar a sus familias e ir directo al corazón de la guerra. Mientras nosotros en casa luchábamos por asimilar la devastación que llegó repentinamente, estos hombres se dirigían a hacer algo al respecto.


Ellos volaron allí con una meta en mente: Detener al enemigo antes de que pudiera atacar nuevamente vidas inocentes.


Las fuerzas especiales sabían que si podían llegar a la raíz del ataque en tiempo limitado, podrían ganar la guerra inmediata y proteger a los ciudadanos en territorio americano. Podían proteger personas, familias, iglesias y comunidades, pero solo si soltaban lo que conocían como guerra convencional y acogían una estrategia que fuese a funcionar.


Un hombre, Mark Nutsch, fue escogido para liderar a los doce hombres a la batalla. A pesar de no tener experiencia en combate, su confianza y habilidad de pensar fuera de los enfoques normativos durante el proceso de selección le dio el puesto. Poco sabían los líderes militares al momento de escogerlo que la experiencia de Mark de haber crecido en la finca de su familia, trabajando allí como ayudante mientras iba a la universidad y montando caballos en el rodeo sería

de sus más grandes virtudes.


Después de todo, esta no era una guerra a pelear con militares alineados y enfrentados en lados opuestos. Ni tampoco una peleada en las trincheras. Más bien, para sobresalir aquí, tendrían que enfrentar elementos, cabalgar los caballos sobre terreno peligroso y áspero y burlar a un oponente que conocía el paisaje como la palma de su mano.


Para ganar esta batalla, Mark y su equipo de once hombres valientes tendrían que pelear de acuerdo a las reglas del enemigo mismo.


Su lucha debía durar seis semanas, pero debido al clima, buscaron completarla en tres. Se suponía que se necesitarían varios equipos de Boinas Verdes, pero dados los elementos, la topografía y la falta de puntos de entrada, solo se les asignó un solo equipo de doce hombres. Se suponía que habrían grandes bajas del lado estadounidense por el riesgo que implicaba; sin embargo, no hubo ninguna.


Debido a que estos hombres escogieron adaptarse al entorno, a los aliados que los rodeaban y trabajar dentro de las estrategias a mano, lograron lo que pocos, si acaso, pensaron que podrían. Sobre caballos, lucharon contra tanques y tropas armadas con misiles.


Y ganaron.


Quizás fue la falta de experiencia previa en batalla lo que le permitió a Mark adaptar su estrategia para lo que tenía en frente, mucho más de lo que otro hubiese podido. Nunca lo sabremos con seguridad. Pero sí sabemos que fue su disposición de dejar de lado la lógica, el protocolo y lo registrado en papel en el tiempo lo que le permitió abordar esta batalla de una manera diferente a cualquier otra que se haya librado en la historia de nuestra nación.


También le permitió liderar a su equipo de doce hacia la victoria más rápida y más decisiva de nuestra historia.


Hace 2000 años, otros doce siguieron a otro líder poco convencional. No montaba un caballo, sino un burro. No le tomó tres semanas, sino tres días. No luchó por una nación, sino por un reino.


Y ganó.


Al hacerlo, aseguró para nosotros la victoria que podemos reclamar como nuestra.


Sin embargo, solo al estar dispuestos a seguirlo, dejando de lado nuestra propia lógica, perspectiva, enfoque y entendimiento de cómo pelear esta guerra es que descubriremos la plenitud y los efectos de esa victoria en cada área de nuestras vidas.


Es en seguir a Cristo como nuestro Capitán que podemos ganar esta guerra, en estudiar Su plan de batalla que podemos descubrir cómo llevar a cabo el nuestro. Es en conformar nuestros corazones y transformar nuestras mentes a la de Él que lograremos ganar las estrategias que necesitamos para vivir la victoria que Él ya aseguró para nosotros.


Esta batalla no es como otras. Esta ya se decidió, el resultado está asegurado. Cristo Jesús ganó la victoria a través de Su muerte, sepultura y resurrección. Aún así, para experimentar la manifestación de esa victoria en nuestras vidas, necesitaremos aprender a maniobrar a través de las minas que fueron dejadas por un enemigo que sigue inclinado a hacer nuestras vidas miserables a lo largo del camino.


Veamos algunos consejos útiles en los próximos días de este plan de lectura.


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Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Warfare

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Nos gustaría agradecer a Editorial Moody por proporcionar este plan. Para más información, visita: https://www.amazon.com/Warfare-Winning-Spiritual-Tony-Evans/dp/0802418171/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1531756625&sr=8-1&keywords=warfare+Tony+evans

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