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Mi Ministerio: Los sanadores heridos son los mejores

Las personas cuya charla espiritual más me interesa escuchar no son las que tienen cabellos y físicos perfectos, vida perfecta y mucho dinero. El mejor testimonio no es el que dan los más exitosos; Si Donald Trump dice: “Confíe en Dios y todo le resultará bien”, yo diría: “Sí, claro”, porque Donald puede comprar la salida de todo problema en el que se pueda involucrar. Pero si alguien que ha sepultado a un hijo dice: “El Señor Jesús estuvo ahí para consolar mi corazón”, me va a parecer que eso es creíble, ese es un testimonio poderoso; esa persona ha ganado el derecho a que la tomen en serio.

A esas personas les doy el nombre de “sanadores heridos”. Cuando una persona ha sido quebrantada y el Señor la ha restaurado, ese es un testimonio convincente en nuestro mundo, los demás no van a sospechar que es hipócrita cuando les hable de Cristo.

Si usted ha sido lastimado, Dios no solo lo va a restaurar, sino que también lo volverá a invitar a que sea parte de su equipo de trabajo. El quebrantamiento de su pasado no lo descalifica para ser útil, porque son los planes de Dios, no los suyos. Él le dice: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9).

Tal vez su dolor, sus fracasos, sus discapacidades se convertirán en un lienzo perfecto en el que Dios pueda pintar cosas bellas.

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