Desafíos de mantener el ayuno: Serie Jesús es más grande #6Muestra

La sombra contra lo real

Reflexiones sobre la Palabra

Dos pensamientos:

Primero. ¿Qué se necesita para liberarme no solo de mi pecado sino de siempre recordar mis fallas?

El problema con el antiguo sistema de sacrificios era que siempre existía el recordatorio de que fallamos. Necesitaban hacer otro sacrificio cada vez que lo hacían. Dios cambió eso con Jesús. Él no solo perdonó, sino que creó un nuevo enfoque para el perdón. Solo tenemos que pedirlo. Cuando se lo pedimos, Él nos lo quita y no lo recuerda más.

Segundo. Siempre me pregunté cómo Dios podía requerir la muerte de animales por mí. ¿Por qué tuvieron que morir por nuestro pecado? Todavía es algo que no puedo responder. Además tampoco puedo imaginarme sacrificar a mi propio hijo para salvar a otros. Ese costo sería demasado alto para que yo lo considere.

De alguna manera, somos más especiales para Dios de lo que nos damos cuenta o imaginamos.

Oración:

Padre, ¿cómo podemos empezar a comprender lo importantes que somos para Ti? Nos vemos atrapados en el día a día de vivir y luchar contra los desafíos de la vida. Simplemente no me tomo el tiempo para recordarme tu gran amor por mí. Hiciste mucho. Haces mucho. Harás aún más en el futuro.

Padre, gracias por hacer a través de Jesús lo que nadie más pudo hacer por mí: Santificarme. Cambia mi corazón para que sea como el Tuyo. Hay mucho trabajo por hacer todavía. Lucho con quererlo algunos días. Me cuesta entender lo que significa. Lucho con el desafío de hacerlo consistentemente. Así que sigue abriendo mis ojos para ver lo que hiciste por mí. En nombre de Jesús, amén.