Mi Dios OyeMuestra

La religión busca mejores sistemas; el reino busca mejores hombres

El método de Dios se concreta en los hombres. La religión cristiana busca mejores sistemas; el reino de Cristo busca mejores hombres. La gloria y eficiencia del evangelio se apoyan en los hombres que lo proclaman. Dios proclama la necesidad de hombres para usarlos como el medio para ejercitar su poder sobre el mundo, con estas palabras: «Los ojos del Señor contemplan la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto». 

Esta verdad urgente y vital, es vista con descuido por la gente de nuestra época, lo que es tan funesto para la obra de Dios. De la misma forma, sería arrancar el sol de su esfera, pues produciría oscuridad, confusión y muerte. Lo que la iglesia necesita hoy día, no son métodos más perfeccionados, ni tecnología más moderna, ni programas más atrayentes, sino hombres que puedan ser usados por el Espíritu Santo, hombres entendidos y ejercitados en la oración de gracia. El Espíritu Santo no fluye a través de métodos, programas, instituciones, sino de hombres. No se manifiesta sobre la organización, sino sobre los hombres. No bendice los planes humanos, sino a los hombres que han sido elegidos para los planes eternos. 

Los eternos decretos de Dios proyectan sus sombras sobre los corazones de sus hijos piadosos en forma de oración. Lo que Dios intenta hacer se lo dice a sus elegidos cuando los inclina a pedirles que hagan lo que Él mismo ha resuelto hacer. Pues solo pediremos lo que el Espíritu de Dios nos mueva a pedir; y sería imposible que Dios el Espíritu Santo y Dios el Padre, tuvieran planes contradictorios entre sí. Lo que uno impulsa a pedir, el otro con toda seguridad ha decidido otorgar.

Es importantísimo entender y recordar siempre, que el Padre misericordioso, nos trata en nuestra medida como trata a su Unigénito Hijo. Esta es la razón, por la cual Jesús pudo decir de su Padre: «Yo sabía que siempre me oyes»; y el Señor nos está educando, para que tengamos esa misma seguridad. Podemos afirmar con certeza como dijo el profeta Miqueas hace mucho tiempo: «Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá».

En los días siguientes, vamos a estudiar esta inconmensurable declaración del profeta, para considerar las maravillosas aseveraciones que menciona con respecto a la oración eficaz.