Siete claves para la plenitud emocionalMuestra

Clave 1: Entrega tu corazón a Cristo

La salvación espiritual es la primera clave para desarrollar una imagen positiva de uno mismo. Las personas que no conocen a Cristo pueden decir que piensan de sí mismas, pero no llegarán a esa conclusión si son honestas. La mayoría de los no creyentes que afirman que son autosuficientes y que no necesitan a Cristo son personas infelices y en crisis. Son como la hierba con flores bellas, sin una formación de raíces fuerte. Solo tienen que confiar en sí mismos para obtener fuerza, energía, entusiasmo y creatividad. En algún momento, llegan a su propio fin. No tienen al Espíritu Santo en ellos para edificarlos de forma alentadora y basada en la verdad, incluso en tiempos difíciles. 

Tener una relación con Jesucristo soluciona muchos problemas que destruyen la plenitud emocional:

· Sentirte culpable. La culpa nace cuando tienes pecados no perdonados. Cuando pides el perdón de Dios, eres perdonado. La culpa es anulada (Rom. 8:1).

· Sentirte no amado. Cuando te vuelves a Cristo debes aceptar que Dios te ama y desea tener una relación eterna contigo (Rom. 8:38-39).

· Tener un espíritu de venganza contra otros. Una vez que has aceptado el regalo de la salvación, debes reconocer que Dios también desea perdonar a los demás. Lo que Dios ha hecho por ti, desea hacerlo por todas las personas, sin importar su pasado. (Col. 3:13).

· Esforzarnos por obtener el favor de Dios. El regalo de Dios de la salvación para ti es gratis. No puedes ganarlo, comprarlo o alcanzarlo a través de buenas obras. No lo mereces. Cuando naces de nuevo espiritualmente, debes aceptar que cualquier favor que tengas de Dios se basa en lo que Cristo ha hecho (Ef. 2:8-9).

Si quieres estar emocionalmente pleno hoy, entrega tu vida a Cristo. Una vez que hayas aceptado a Cristo Jesús como tu Salvador personal, debes seguirlo como tu Señor. Esta búsqueda diaria de Cristo incluye la confesión de pecados, una limpieza diaria de tu espíritu es tan vital para tu salud espiritual como un baño diario lo es para tu salud física. Busca primero el perdón de Dios por tu naturaleza pecaminosa y luego por los pecados que cometes mientras sigues a Cristo.



Recuerda, nadie es capaz de seguir a Cristo de manera perfecta. Todo el mundo es propenso a cometer errores tanto voluntarios como inocentes, lo que algunos llaman pecados de comisión y de omisión. Es por estos pecados que buscas el perdon continuo. Cuando lo haces, tu amoroso Padre celestial promete extenderte su gracia y misericordia. (Ef. 1:7).