El caso de la resurrección de CristoMuestra

Respuesta a los críticos de la resurrección 

Una de las acusaciones formuladas por críticos contrarios a la resurrección de Cristo es que "Cristo no murió realmente en la cruz". Esta imputación ha venido a ser conocida como la "teoría del desmayo". Esta teoría sostiene que Jesús se desmayo por agotamiento, dolor y pérdida excesiva de sangre. Más aún, cuando yacía en la tumba, de alguna manera Él fue reanimado como resultado de la frescura y la humedad de la tumba. Luego, al recobrar la conciencia, salió y llegó donde Sus discípulos quienes erróneamente pensaron que ¡su maestro resucitó de la muerte!

Contrariamente a esta teoría, uno debe tomar en cuenta que de acuerdo a la costumbre romana, los verdugos debían pagar con su vida si un prisionero escapaba de sus manos. Además, la teoría del desmayo suena casi aceptable, hasta que empiezas a considerar algunas preguntas muy importantes: A. ¿Sería aceptable creer que Él podría haber sobrevivido tres días en una tumba húmeda, sin alimento, sin agua ni atención médica? B. ¿Habría sobrevivido estando herido y envuelto en lienzos mortuorios cargados de especias? C. ¿Habría tenido la fuerza suficiente para librarse a sí mismo del ropaje de la tumba? D. ¿Podría haber empujado la pesada piedra lejos de la boca de la tumba y al mismo tiempo vencer a los guardias romanos? E. Después de esto, ¿podría haber caminado kilómetros con sus pies traspasados por clavos? Estas preguntas y muchas más representan un gran desafío a esta teoría. 

De hecho, en esta teoría, es inevitable tener más preguntas que el número de respuestas que provee respecto a la resurrección. El crítico alemán David Stauss quien no cree en absoluto en la Resurrección, en su libro "La vida de Jesús para el pueblo" escribe“Es imposible que alguien que haya salido de la tumba medio muerto, que se arrastró estando débil y enfermo, que necesitaba tratamiento médico, que necesitaba ser vendado, ser fortalecido y recibir cuidadoso tratamiento; que finalmente sucumbió al sufrimiento, podría haber dado a los discípulos la impresión de ser el conquistador de la muerte y de la tumba; de ser el Príncipe de la vida. Esta era la causa fundamental de su futuro ministerio. Tal resucitación sólo podía haber debilitado la impresión que él pudo haber causado en sus discípulos en vida y en muerte –a lo sumo, habría conseguido una expresión lastimera— pero no hay posibilidad de que hubiera podido cambiar su tristeza en entusiasmo o haber elevado su reverencia a un nivel de adoración".