El conocimiento de su voluntadMuestra

El conocimiento es necesario

Pudo tener también la intención, que sus lectores usaran esta oración como un modelo en su propia oración a Dios, la cual es una de las más bellas en sus cartas y que sirve de ejemplo para las generaciones posteriores de creyentes, y más aún a la iglesia contemporánea que enfrenta los embates de falsos maestros y falsas enseñanzas cargadas de legalismo religioso y humanismo filosófico.

Desde el día en que Pablo se enteró del ataque a la fe de los colosenses, se mantuvo rogando a Dios para que ellos fueran llenos del conocimiento de su voluntad, el apóstol quedaría satisfecho con nada menos que su completa madurez en Cristo. 

El conocimiento por el cual él rogaba se distingue de otro conocimiento porque consiste de sabiduría y plena comprensión de toda clase en el nivel espiritual. La voluntad de Dios, que usualmente es más amplia que su voluntad personal para la vida individual del creyente, a veces describe su plan de elección y de salvación.

Aunque hay un fuerte énfasis sobre el conocimiento y sabiduría, que incluye un elemento intelectual que permite a los colosenses oponerse al error, este conocimiento por el que Pablo oraba tenía que ver con la conducta correcta: «para que andéis como es digno del Señor». 

La inteligencia es la capacidad que Dios nos da para entender en su Palabra los planes, principios y poder en el propósito eterno que ha determinado para nosotros. La sabiduría es la habilidad que Dios nos da para poner en práctica y de manera efectiva en todos los aspectos de la vida, el conocimiento recibido de su voluntad soberana.

El conocimiento es necesario en todos los asuntos de la vida, no importa lo que nosotros hagamos, es necesario hacerlo con conocimiento. No puedo ser más de lo que entiendo.

El conocimiento está disponible, ya que Dios en su abundante amor y gracia nos ha dado todo lo que necesitamos para conocer todo lo que debemos conocer. La Biblia no contiene todo el conocimiento de Dios en ella, pero sí contiene toda la revelación indispensable, del conocimiento que necesitamos para ser plenamente efectivos y productivos en el propósito de Dios.