CreerMuestra

 ¿Cuál es mi responsabilidad con las demás personas?

Compasión literalmente significa «sufrir con». Dios nos llama a venir al lado de la gente que está sufriendo y sufrir con ellos para que no estén solos. No significa que podamos arreglar el problema, pero sí significa que entramos en su dolor. Antes de que pongamos en acción o en práctica esta creencia, debemos creer que es el llamado de Dios para la vida de todos los seguidores de Cristo. Cuando creemos esto en nuestro corazón, le mostraremos compasión a toda la gente, especialmente a los que están en necesidad.

A lo largo de la historia, Dios ha mostrado compasión generosamente por su pueblo, con la demostración máxima siendo el sacrificio de su Hijo único, Jesucristo. Como la única respuesta justa a los pecados de la humanidad era la muerte, nuestro justo Dios, conforme a su justicia, decretó la pena de muerte sobre nosotros. Entonces, por su gran compasión, ofreció a Jesús como una «expiación sustitutoria»; esto es, Jesús tomo el lugar de la humanidad. Por medio de este acto, Dios demostró su compasión completa sin moverse una pulgada de su justicia plena. Nosotros los que somos culpables somos hechos justos por el sacrificio de la única persona que era completamente justa.

Jesús es nuestro modelo de compasión.

Lee Lucas 10:25-37.

VERSÍCULO CLAVE

«Defiendan la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. Salven al menesteroso y al necesitado; líbrenlos de la mano de los impíos» (Salmos 82:3-4, NVI).

IDEA CLAVE

Creo que Dios llama a los cristianos a mostrar compasión a las personas en necesidad.

APLICACIÓN CLAVE: ¿Qué cambio produce esto en mi modo de vivir?

Si decidimos mostrarle compasión a las personas como Dios lo hace, entonces...

• Vamos a cambiar nuestras prioridades y cómo usamos nuestro tiempo.

• Somos liberados para dar, porque confiamos en Dios para que supla nuestras necesidades.

• Las personas que han sido olvidadas por la sociedad serán cuidadas y restauradas.

• Alcanzaremos verdaderamente nuestros vecindarios y nuestras ciudades.

• El Espíritu de Cristo estará vivo y activo en nuestra vida.

• La frase citada con frecuencia: «A la gente no le importa cuánto sabes hasta que saben cuánto te importan» cobrará vida. A medida que la gente vea lo mucho que nos importa y nos pregunte lo que sabemos, responderemos: «No es lo que sabemos, sino a quién conocemos. Su nombre es Jesús, y a Él le encantaría conocerte».