Ayuna como DanielMuestra

Respuesta 

Haz pensado alguna vez en la respuesta perfecta…cinco minutos después de que la necesitabas? Prácticamente perdiste tu oportunidad para entonces; el momento ha pasado, y es mejor no quedar mal.

Jesús tuvo algunas reacciones bastante buenas—las mejores, de hecho. Cada vez que el diablo se le acercaba, Él tenía una respuesta lista: “Escrito está".

¿Cómo tenía Jesús listas estas respuestas poderosas para cada una de las tentaciones que el diablo le lanzó? Preparación. Se ha dicho, si te mantienes listo, no te tienes que alistar. Él estaba listo cuando el diablo daba su mejor golpe, en parte porque como cualquier otro buen niño judio, Jesús habría tenido que memorizar bastantes partes de las Escrituras mientras crecía.

¿Que pasaría si tuvieras gran cantidad de la Palabra de Dios viva y poderosa en lo más profundo de ti? ¿Crees que tendrías algunas respuestas específicas tan efectivas como aquellas que usó Jesús? ¡Puedes apostar que sí! El mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús de una tumba prestada vive en ti, y la misma Palabra de Dios está disponible para cada uno de nosotros.

Pero tienes que prepararlas con anticipación. No puedes esperar hasta que llegue el momento—porque para cuando las necesites, no tendrás tiempo para prepárarte. Si no tienes un plan sobre qué hacer cuando te golpeen, cuando te den un puño en la boca, te vas a caer mi amigo. 

Cuando pones la Palabra de Dios dentro de ti, te estás preparando para un día de tentación en el desierto. Te estás preparando para esos momentos en que te dan un puño en la boca. Si esperas hasta que tengas un labio roto, es demasiado tarde. Recuerda, si fallas para planear estas planeando para fallar; sin embargo, si te preparas desde ahora, cuando llegue la prueba, estarás listo para LEVANTARTE.

Si quieres recargar tu tiempo de ayuno, dedica una buena cantidad de tiempo a leer lo que Dios le ha dicho a Su pueblo. Mételo en lo más profundo de ti; profundiza en él. Luego, ora de nuevo a Él . Orar la propia Palabra de Dios de regreso a Él es la manera más sencilla de saber que estás orando de acuerdo con el corazón De Dios—después de todo, ¡Él lo escribió! 

Y recuerda siempre la mejor respuesta de todos los tiempos, “¡Escrito está!”