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El evangelio, el motivo de mi existenciaMuestra

El evangelio, el motivo de mi existencia

DÍA 1 DE 7

Al que puede confirmarnos


Como todas las epístolas de Pablo a las iglesias, su propósito al escribirlas, era proclamar la gloria del Señor Jesucristo, mediante la enseñanza de la revelación que por gracia había recibido; como también la edificación y ánimo para los creyentes que recibieran su carta. Una preocupación en particular para Pablo, era aquellos creyentes en Roma, «amados de Dios y llamados a ser santos». Por ser él mismo un ciudadano romano, tenía una pasión única por aquellos en la asamblea de creyentes en Roma. Puesto que él, hasta este momento, no había visitado la iglesia en Roma, esta carta también servía como su presentación.


Pablo estaba entusiasmado con la idea de poder ministrar al fin, a los santos en Roma, y todos estaban bien enterados de este hecho. La carta a los Romanos fue escrita desde Corinto, justo antes del viaje de Pablo a Jerusalén para llevar las ofrendas que le habían sido entregadas para los pobres. Había intentado ir a Roma y posteriormente a España, pero sus planes fueron interrumpidos cuando fue arrestado en Jerusalén. Eventualmente iría a Roma, pero como prisionero. Febe, quien era un miembro de la iglesia en Cencrea cerca de Corinto, es quien probablemente llevó la carta hasta Roma. 


Romanos, es principalmente una obra magistral que describe de manera lógica y sistemática, todos los fundamentos de las riquezas de la gracia de Dios y particularmente, la justicia de Dios para llevar a cabo en Cristo el cumplimiento de su propósito eterno. 


Habla acerca de Dios, quién es y lo que ha hecho. Profundiza sobre Jesucristo, de lo que logró con su muerte. Explica lo que éramos sin Cristo y lo que somos después de haber confiado en Cristo. Pablo señala que Dios no demandó que los hombres hubieran ya enderezado sus vidas antes de venir a Cristo, pues mientras que aún éramos pecadores, Cristo murió en la cruz por nuestros pecados.


Deja en claro que no hay nada que podamos hacer para salvarnos a nosotros mismos. Cada «buena» obra que hayamos hecho alguna vez, es como un trapo inmundo ante Dios. Así que, tenemos sobre nosotros la sentencia de muerte por nuestras transgresiones y pecados, de la que sólo la gracia y misericordia de Dios puede salvarnos.  

Día 2

Acerca de este Plan

El evangelio, el motivo de mi existencia

Como todas las epístolas de Pablo a las iglesias, su propósito al escribirlas, era proclamar la gloria del Señor Jesucristo, mediante la enseñanza de la revelación que por gracia había recibido; como también la edificaci...

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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com

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