Espacio para respirar Muestra

En el caótico ritmo diario de reuniones, eventos, obligaciones, llevar a los niños, cuidar a los padres, servir a los demás, encontrar «tiempo para mí», hacer recados, correr por la ciudad, destrozarme a mí misma y quedarme sin energía. . . a veces quiero literalmente «tumbarme en pastos verdes» o sentarme «junto a aguas de reposo». (Aunque me conformaría con tomarme una taza de café en el porche. ¿Tú también?)

Necesitamos espacio para respirar.

El espacio para respirar es el espacio entre tu ritmo y tu límite. Es una conversación sin prisas con tu mejor amigo. Es una cena alrededor de la mesa en lugar de en el coche. Es poder dar con generosidad porque no has gastado cada euro que has ganado. El espacio para respirar es una vida intencionalmente más lenta, más pequeña y con nuevas prioridades.

Sé que estarías de acuerdo en que vivir de esa manera suena mejor que el sentimiento frenético y agotador de estar demasiado comprometido y abrumado. Y sin embargo, un vistazo a tu lista de tareas o a tu calendario probablemente muestra que, como el resto de nosotros, luchas por reducir la velocidad.

Entonces, ¿qué te está empujando a vivir más allá de tus límites?

Es difícil de reconocer y un poco difícil de admitir, pero para mí es el miedo. Tengo miedo de perderme algo, así que meto a presión una cena con mis amigas a pesar de que mi día ha sido agotador. Tengo miedo de quedarme detrás de los demás, así que busco un coche nuevo por internet a pesar de que el mío está perfectamente bien. Tengo miedo de decepcionar a la gente, así que acepto unirme al comité a pesar de que no me apasiona el proyecto. . . ¿Te resulta familiar?

El miedo susurra mentiras como que estamos siendo apartados o nos estamos quedando atrás, así que cargamos nuestros calendarios y escurrimos nuestras cuentas bancarias. El miedo nos roba el espacio para respirar. ¿Pero sabes cuál es la orden más repetida en toda la Biblia? No temas. Dios nos dice que no tenemos que dejar que el miedo nos intimide. Nos ofrece una forma simple y sorprendente de superarlo.

Mañana veremos la forma en que Dios nos ha estado invitando (durante miles de años) a traer un poco de respiro a nuestras vidas. Mientras tanto, mira tu calendario y pregúntate: ¿Qué cosa acepté solo por miedo a perderme algo o decepcionar a alguien si decía que no?