Fundamentos Del Liderazgo - Reflexiones | Nehemías 3Muestra

Reflexión 2 – Diferentes dones, pero la misma responsabilidad

La Biblia usa diferentes analogías para describir a la Iglesia, pero una de las más memorables es cuando se refiere a nosotros como un cuerpo. Cada miembro es diferente en forma y características, pero igual de importante para la salud de todo el cuerpo.

Es increíble pensar en un mundo de más de 7.5 mil millones de personas donde no existen 2 iguales. Esto es verdad incluso entre mellizos o gemelos. Si conoces alguien así, puedes confirmarlo. Cada ser humano es único, especial y sin un doble exacto en todo el planeta. La pregunta es, ¿por qué? O mejor dicho, ¿para qué?

Dios ha diseñado a cada ser humano con un set único de características porque tiene un propósito único para cada uno de ellos. Y de hecho, el lugar, época y condiciones en las que naciste tienen una razón de ser. Incluso, la Iglesia local en donde estás plantado ahora mismo estuvo en la mente de Dios antes que nacieras. Así que tienes un propósito.

Dios te trajo para que hagas tu parte. Esas singularidades hacen que la tarea que Dios tiene para ti no la pueda realizar nadie más y al mismo tiempo tus rasgos distintivos hacen que el resto del equipo sea un mejor equipo. Nadie llega a Cristo sin que el Padre lo traiga, así que Él te trajo aquí con un plan en mente. Estás aquí por algo.

En el relato de Nehemías vemos como sacerdotes y plateros, perfumeros y comerciantes, y hasta gobernadores; todos entendieron que, aunque tenían dones diferentes, tenían la misma responsabilidad delante de Dios de llevar a cabo el propósito para el que Dios los había traído a donde estaban.

¿Cuál es tu parte en la obra de Dios?

¿Estás haciendo tu parte?