Adorando a DiosMuestra

Adorando con toda la personalidad

Cuando hablamos del impulso del Espíritu, en cierto sentido estamos hablando de sentimientos. Admito que esto es peligroso, porque los sentimientos pueden llevar a las personas a hacer cosas extrañas.

Las personas muy concienzudas, guiadas por un sentimiento de culpa, pueden buscar tratar de compensar una acción errónea haciendo algo que creen es la voluntad de Dios. Alguien puede imaginar que está sintiendo el impulso del Espíritu cuando todo lo que está haciendo es un esfuerzo humano para expiar un fracaso del pasado. El impulso del Espíritu, cuando se obedece, siempre conduce a un sentimiento de inmensa paz.

Es fácil pensar que la única estimulación que importa es el brillo o la profundidad mental. Pero Dios quiere comunicarse con nosotros no solo a nivel intelectual. Dios quiere comunicarse con todo nuestro ser— nuestras emociones y sentidos, así como con nuestras mentes.

La adoración real tiene lugar cuando no tenemos miedo de expresar lo que sentimos. La adoración debe llevarnos al punto de poder ser honestos. Nunca necesitamos reprimir lo que sentimos cuando estamos cerca de Jesús. Él nunca nos regañará por nuestra honestidad. No significa que tengamos razón, pero si hemos sido honestos, Él puede ayudarnos y llevarnos a ver dónde estamos equivocados y así enfrentar la verdad.