Vivir por el Espíritu: Devocionales con John PiperMuestra

El Espíritu es el deleite de Dios

El Espíritu santo es Dios. La persona que nos habita, nos guía, y nos purifica no es alguien menos que Dios, el Espíritu Santo. La evidencia para esto es la designación "Espíritu de Dios." El Espíritu es "de Dios" no porque Dios lo creó, sino que él comparte la naturaleza de Dios y proviene eternamente de Dios (vea 1 Corintios 2:10-12).

Si el Hijo de Dios es igualmente eterno con el Padre, como deja claro Juan 1:1-3, entonces también el Espíritu Santo es igualmente eterno con ambos, porque, según Romanos 8:9-11, el Espíritu de Cristo es uno y el mismo con el Espíritu de Dios. Si no fuera así, tendríamos que imaginar que había un tiempo cuando el Hijo no tenía Espíritu y el padre no tenía Espíritu. Pero el Espíritu Santo es esencial para la relación entre el Padre y el Hijo. El es, según las palabras de Handley C.G. Moule, "el Resultado, el Vínculo, el Vehículo, del deleite y amor mutuo eterno" (La persona y obra del espíritu santo, pga. 28).

Tan atrás en la eternidad como Dios el Padre ha amado al Hijo, ha habido un Espiritu Santo infinito de amor y deleite entre ellos, que es él mismo una Persona divina. Por tanto, como ora Jesús por la iglesia en Juan 17:26, él pide al Padre nada menos que el Espíritu Santo cuando dice, "Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos

La verdad más gloriosa de todas que descubriremos en estos 7 devocionales es que cuando el Espíritu Santo entra en nuestras vidas, viene no simplemente como el Espíritu del Hijo, ni simplemente como el Espíritu del Padre, sino como el Espíritu del amor infinito entre el Padre y el Hijo, para que amemos al Padre con el mismo amor del Hijo, y amar al Hijo con el mismo amor del Padre.

Aprender más: http://www.desiringgod.org/messages/the-holy-spirit-he-is-god