Reto Detox Para El CorazónMuestra

Preocupación vs ocupación

En días pasados oraba a Dios para que me enseñara a ser eficiente; que me enseñara a lograr los objetivos que me había propuesto utilizando la menor cantidad de recursos. Y esta oración la hacía no en el terreno profesional, que es donde normalmente usamos la palabra eficiencia, si no que elevaba esta oración en mi terreno personal: “Dios, enséñame a administrar mi tiempo eficientemente”.

Esta breve oración tiene una connotación vibrante en cuanto a la importancia del tiempo y cómo el buen uso del mismo puede generar sabiduría en vez de afanes.

Puede que frecuentemente tengas una larga lista de cosas por hacer, que sólo te basta leerla para sentirte agobiado: inicias el día corriendo y al final del día tienes la sensación de que no sabes detrás de que corrías; las semanas y meses se te pasan “en bola de humo”.

Llegas a la clásica reflexión de fin de año, de qué sucedió o no en el año; y te viene la pregunta, ¿en qué gasté mis 365 días? Sabes que bien ocupado estuviste, pero al final ¿para qué? ¿Qué generó esa ocupación de tiempo?

Alguien cierta vez escribió: “Ocuparnos de forma incorrecta, sólo genera preocupación”. La vida es experta en ocuparte de forma incorrecta, de agregar cosas a tu lista de actividades que lo único que ocasionan es empobrecer tu interior, más que enriquecerlo.

Dios quiere cambiar tus preocupaciones por eficiencia. Enseñarte a ocuparte de la manera correcta. La clave está en orar y orar de la forma correcta.

Filipenses 4:6 dice que no te inquietes por nada, que más bien en toda ocasión con oración y ruego, presentes tus peticiones a Dios y que le des gracias.

Orar no es perder el tiempo. A través de la oración Dios te enseñará a ocuparte de la manera correcta, y veras que cada hora vivida traerá a tu corazón sabiduría.