Adviento Infinitum Rompe Barreras, Semana 2Muestra

La generosidad es recíproca

¿Te gusta la magia? Puede ser tan emocionante ver que algo sucede cuando sabes que es imposible, ¡Sin embargo tus ojos lo confirman! Cuando los hijos de Dios son generosos es un poco como eso: magia. Jesús dijo (Lucas 6:38), “Den y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida con que midan a otros, se les medirá a ustedes”. Esa es una promesa que Él nos hace que incluso cuando las matemáticas no cuadran, incluso cuando no puedes seguir el rastro de la generosidad hasta su origen, o cuando no hay ninguna explicación…la generosidad vuelve a quienes la han practicado.

A veces podemos verla. Por ejemplo: le sonríes a alguien que va pasando por la calle, te sonríe de vuelta, y tu corazón se reconforta: eso es generosidad recíproca con una explicación lógica. Pero Jesús asegura que incluso cuando no puedes rastrearla, la generosidad se devuelve, ¡en una abundancia desbordante más allá de lo que diste!

Tómate un momento y piensa en alguna oportunidad en la que inesperadamente recibiste la magnífica generosidad de alguien. No tiene que ser necesariamente económica. Tal vez te dieron el espacio para escucharte en un grupo de trabajo, o te dieron la bienvenida en su casa y corazón, o tuviste constantemente un mensaje de aliento que llegó a tu teléfono durante un tiempo complicado.

Una cualidad asombrosa de Jesús es su capacidad de dar sin condiciones. Abundante e ilimitadamente, Él distribuye sus recursos y a sí mismo para nosotros, ¡para todos! Pero en el diseño de la vida cristiana, incluso Él es el destinatario de la generosidad abiertamente otorgada, Él se deleita en el gozo de sus amados. Él también dejó claro que cuando somos generosos con otros, es como si fuéramos generosos con Él.

Cuando seamos generosos con nuestros seres queridos a través de regalos esta Navidad, demos desinteresadamente, no esperando la reciprocidad lógica de abrir un regalo llegado el momento. Dejemos de lado todas las ataduras a estos regalos y busquemos la magia de la naturaleza recíproca de la generosidad. Dejando que la generosidad vuelva a nosotros de una forma completamente distinta, en un momento distinto, desde un origen diferente. Demos a los demás, rindiéndonos a la magia de la generosidad, confiando en que la naturaleza de la generosidad es recíproca.

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