El Síndrome De La DesconexiónMuestra

Intimidad y sus ciclos

La vida en ocasiones se vuelve tensa, un tanto compleja, y cuando esto sucede no sé si por naturaleza o por la carga del estrés y la tensión, hace que los hombres nos desconectemos de nuestras esposas y hasta de nuestros hijos, y como una salida o solución rápida, en oportunidades buscamos de alguna forma tener intimidad física procurando la ruta de esta a través de la intimidad recreacional, decimos: “Hagamos algo entretenido juntos y quizás terminemos, ya sabes, en la habitación”. Porque creemos que este es el mejor camino para tener intimidad sexual. ¡Craso error!

Con las mujeres las cosas son diferentes, cuando pasan por la misma ruta del estrés o la tensión sobre algún asunto, por lo general se desconectan de sus esposos y procuran reactivar la intimidad emocional a través de la intimidad intelectual, ellas piensan: “Quiero hablar, para dejarte ver en medio de la conversación cómo me siento”. Como pueden ver, ambos nos desconectamos, pero siempre estamos tratando de resolver el problema en formas opuestas.

Lo cierto es que en el matrimonio vivimos desconexiones constantes por una u otra razón, puede ser por causa de alguna situación con nuestros hijos, en nuestros trabajos, por causa de las finanzas o heridas del pasado no resueltas aún, y para complicar más el asunto a muchos hombres no les gusta hablar o dejar ver sus emociones y todo lo quieren resolver con intimidad física, y las mujeres no quieren intimidad física si no sienten que hay intimidad emocional primero.

Tal vez te preguntes, y ¿Cómo salimos de semejante enredo para conectarnos mejor? Bueno, yo no te puedo dar todas las repuestas porque también estoy trabajando en mi intimidad marital, pero las escrituras sí nos pueden ayudar a todos, y te animo por tanto a leer y estudiar estos pasajes bíblicos: (Jn. 13:34-35; Ga. 5:13; 6:2; Ef. 4:2-32; 1Pe. 4:8-10).

Lo que entiendo, es que el compromiso con el cual iniciamos nuestra aventura de vida, amor, pasión y entrega, debe estar presente siempre en cada situación y desafío que enfrentemos como pareja. Como somos iguales ante Dios y construimos un reino privado con Él, ambos estamos en igualdad de condiciones para ayudarnos a ir de los ciclos de aislamiento a los ciclos de intimidad a medida que, por el amor y gracias al amor, ponemos las necesidades de nuestro cónyuge primero antes que las propias.

Recuerda, la clave está en el compromiso de pastorearnos mutuamente en todas las áreas de intimidad.

“Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” (Ec: 4:12).

Queremos darte las gracias, querido lector, por completar este plan devocional. Oramos por ti y nuestro deseo de corazón es que haya sido de bendición para tu vida.

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Con amor en Cristo,

Pr. Juan Carlos Calle y Equipo Conectar Global.