Relación(able): Cómo hacer que las relaciones funcionenMuestra

El hombre/la mujer en el espejo

Fuera de tu relación con Dios, la relación contigo mismo es la relación más importante que tienes. De hecho, a veces, tus relaciones con los demás pueden verse afectadas debido a la relación que tienes contigo mismo. Estás más influenciado por lo que piensas de ti mismo que por lo que los demás piensan de ti.

Antes de que puedas comenzar a trabajar en tus relaciones con los demás, debes comenzar con la persona que ves en el espejo. En Mateo 22: 37–39, Jesús dice que debes amar a Dios y amar a tu prójimo como a ti mismo. A menudo, es más fácil concentrarse en amar a Dios y a tu prójimo, pero no ponemos suficiente énfasis en amarnos a nosotros mismos. Es importante comprender el valor esencial de abrazar el amor de Dios por ti y traducirlo en amor por ti mismo.

Si no te amas a ti mismo, en realidad, estás negando el hecho de que Dios te ama. Si no te amas a ti mismo, significa que realmente no entiendes la percepción que Dios tiene de ti, que eres un tesoro asombroso, precioso y extraordinario, lo suficientemente valioso como para justificar el dolor y el sacrificio de Jesús. Sí, Dios te exigirá un nivel alto, pero está dispuesto a extenderte la misericordia y la gracia apropiadamente para que puedas cumplir el propósito especial que Él diseñó para ti.

Cuando la verdad del amor de Dios inunda tu corazón, puedes mirarte en el espejo y decir: "Bueno, si Dios me ve de esa manera, entonces yo también me veré así". Cuando lo haces, estás reconociendo lo que Dios ya ha declarado desde el cielo sobre ti. Dios está reflejando tu valor y propósito en el espejo, y luego tu trasmites lo que Dios dice sobre ti. No se origina en lo que piensas de ti mismo.

En algún momento, tienes que decir: “Me amo. No soy perfecto, lo sé, pero me amo como Dios lo hace aun cuando no soy perfecto. Dios me amaba cuando tenía problemas, así que puedo amarme con mis problemas". Necesitas poder estar agradecido por ti mismo, porque Dios está agradecido por ti. Necesitas decirte a ti mismo que eres un tesoro hermoso y único, porque eso es lo que Dios piensa de ti. Necesitas apropiarte del perdón y la gracia que Dios te brinda. No estás honrando a Jesús cuando te castigas y eres duro contigo mismo, porque Él ya recibió el castigo por ti. Dios el Padre, Jesús y el Espíritu Santo creen en ti. ¡Y te están animando con una gran compañía de las huestes celestiales!

A medida que comienzas a amarte a ti mismo, puedes comenzar a amar al mundo. Amar al mundo ocurre naturalmente cuando comienzas a escuchar lo que Dios dice y comienzas a ver lo que Dios ve y luego comienzas a hablar lo que Dios habla sobre ti. Amarte a ti mismo es, por lo tanto, fundamental, porque si no crees que Dios te ama, te resultará imposible tratar de convencer a los demás de que Dios los ama. Al final, lo que el mundo entienda acerca de Jesús vendrá del amor que te vean reflejar de Él en tu vida.

Responde

¿Crees que Dios diría que está contento contigo? ¿Lo sientes como alguien que te anima? ¿Por qué sí o por qué no?

“No honra a Jesús que seamos realmente duros con nosotros mismos”. ¿Puedes identificarte con esta declaración? ¿Alguna vez te has castigado? ¿Qué desencadena ese tipo de comportamiento?

¿Qué imagen del amor de Dios reflejas a las personas en tu vida? ¿Cómo influiría un sentido más fuerte de tu valor a los ojos de Dios en los que te rodean?