IdentidadMuestra

Día 3: Mi valor y mi significado proviene de una humilde dependencia de Dios.

Oración: Padre Celestial, gracias porque mi valor está asegurado en Cristo y por eso, no tengo que estar correcto.  Amén.

Lectura:

¿Has estado alguna vez en una relación con alguien que siempre tiene que estar correcto? Ellos nunca toman responsabilidad o piden disculpas. Y si los desafías, se entierran aún más., Quizás conoces a esa persona muy bien porque la ves cada vez que te miras al espejo.

La verdad es, nadie quiere estar equivocado. Hay algo dentro de nosotros que nos hace querer estar correctos. El desafío está cuando nos importa más estar correctos que las relaciones. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a amar a otros. Pero es difícil amar a otros cuando valoramos más estar correctos que nuestras relaciones. Querer siempre estar correctos viene con muchas desventajas. A continuación, algunas de ellas:

• No estamos relacionalmente seguros con otros. 


• No alcanzamos nuestro potencial completo porque no queremos admitir que estamos equivocados.


• Nuestra capacidad para una intimidad relacional con Dios y otros es disminuída.

Tener que estar correctos es una carga pesada y solitaria que llevar.

Cuando nos encontramos inclinandos en esa dirección, es importante considerar de dónde proviene ese comportamiento. Si fue modelado hacia nosotros o si fue una forma de acoplarse, nos lleva a desarrollar una creencia equivocada: Debo estar correcto para saber que soy valioso.

Si esto es cierto para ti, quizás lo más importante que debes conocer es esto: Tu valor no está atado a estar correcto, tu valor está atado a estar con Cristo Y tu valor, en sus ojos, es inmensurable.

Lo próximo que debes conocer es que la necesidad de siempre estar correctos es una forma de orgullo, y el orgullo no se ve bien en nadie, especialmente en aquellos que se identifican con Jesús. Pedro, quien caminó con Jesús y observó la perfecta humildad en acción diariamente, escribió en una carta a los creyentes, 

“Así mismo, jóvenes, sométanse a los líderes. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes" (1 Pedro 5:5)

Cuando encontramos nuestro valor en estar correctos, nos posicionamos en oposición a Dios. Pero cuando escogemos rendir nuestra necesidad de estar correctos, nos posicionamos en el favor de Dios Y es mejor estar en ese lugar.

El orgullo en cualquiera de sus formas siempre es una prenda de mal gusto y que no queda bien, pero la humildad siempre está de moda, halagadora en todos los sentidos.

Así que en vez de creer que siempre debes estar correcto para ser valioso, repite a ti mismo está verdad: Mi valor y significado proviene de una humilde dependencia en Dios. 

Reflexión: 

¿Cómo se ve para mí abrazar la libertad de equivocarse, de pedir disculpas y ver la perspectiva de alguien más hoy?