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Caminando en La TablaMuestra

Caminando en La Tabla

DÍA 4 DE 7

CAMBIO DE LOOK


Ayer hablamos del cambio. Hablando de eso, ¿has notado cómo cambia alguien cuando empieza a surfear?


Cuando llegas al surf, con la primera ola empieza una gran transformación. De pronto, aparecen un nuevo look surfer, una manera de hablar y hasta un peinado distinto.


Esta transformación no es sólo un cambio de look externo, también cambia tu manera de ver la vida; el lugar donde vivir (¡cerca del mar!), el trabajo o actividad que vas a desarrollar debe dejar tiempo libre para surfear, inclusive influye en la elección de pareja. Es una transformación íntima, ¡casi como volver a nacer!


Y estos cambios impactan muy fuerte en nuestras acciones. A un surfista lo encuentras siempre en contacto con el mar, con ganas “¡una ola más!”. Pero ¿estos cambios radicales llegan a cambiar nuestra manera de ser con los demás? ¿Cómo va nuestra manera de relacionarnos con los otros?


El surf puede ser un deporte muy egoísta. Vemos surfistas que no respetan su turno y se meten en la ola de otro, localismo y disputas en la playa. Ni qué decir de la ambición por más y más olas, a costa de nuestros seres queridos (pareja, hijos, etc.) o de nuestro desarrollo personal. Nos movemos al ritmo del swell hasta extremos adictivos.


En nuestra vida espiritual puede ocurrir algo semejante. Si bien tenemos una esencia permanente (digamos, alma o espíritu) nuestras propiedades o características van cambiando. Constantemente, nos movemos hacia el bien o el mal, como con la marea.


Decimos que no podemos evitarlo, que nos gana nuestra forma de ser. Como dice Pablo “no entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que no quiero […], porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” (Romanos 7:15-24).


¿Qué podemos hacer? ¡Necesitamos una transformación radical, íntima! Por eso, Jesús le dijo a Nicodemo, que “es necesario nacer de nuevo”. Un encuentro con Dios, a través de Jesús, implica la idea de volver a empezar.


El momento en el que decides confiar en Dios y te paras en Cristo por primera vez, es muy especial, como la primera ola en el surfing. Sólo entonces, empieza una gran transformación, de adentro hacia afuera, pues el cumplimiento de todo lo bueno es el amor: “el amor no hace mal a nadie. De modo que el amor es el cumplimiento de la ley” (Romanos 13:10).


Pero es necesario revestirse de Cristo, como cuando te pones el wetsuit. Ese amor increíble llega cuando se produce ese cambio profundo. Es tan grande que “el que está en Cristo es un nuevo ser y todo es hecho nuevo” (II Corintios 5: 17)


Nunca es tarde para empezar a surfear y hoy no es tarde para volver a empezar en tu vida, es el día de la salvación y reconciliación con Dios y contigo mismo(a) ¡No lo dudes y lánzate a correr la ola de la vida con Jesús!




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Acerca de este Plan

Caminando en La Tabla

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Nos gustaría agradecer a Christian Surfers International por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.christiansurfers.net/

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