Emociones sagradas - Respuestas bíblicas para cada retoMuestra

Nuestras vidas no nos pertenecen, y aun así, Dios las ha puesto en nuestras manos. Vuelve atrás y relee la primera frase: nuestras vidas no nos pertenecen, y aun así, Dios las ha puesto en nuestras manos. Es una de esas sagradas contradicciones que nos hacen mirar a Dios con absoluto asombro.



Es cierto, eres la creación de Dios. Has sido creado en Cristo Jesús con un propósito: para las buenas obras que Dios planeó, especialmente para ti antes del comienzo de los tiempos. El plan de Dios consiste en que avances por la vida que Él ha planeado y organizado para tu bien. Sin embargo, la decisión te pertenece. Puedes vivir a tu manera o vivir a la manera de Dios.



A pesar de que perteneces a Dios porque Él te creó y diseñó una vida maravillosa para ti, ha puesto las decisiones sobre esa vida milagrosa en tus manos. Uno de los aspectos prácticos donde debemos escoger a Dios o a nosotros mismos es lo que concierne a nuestras preferencias emocionales y nuestros hábitos. Debes dejar de lado tu derecho a lamentarte y enfurruñarte para después aceptar de todo corazón el plan de Dios para tu vida, el cual hallarás en el fruto del Espíritu. Has sido creado para buenas obras, y no para las obras de la carne, ni para seguir las opiniones que dictan tus emociones.



Las buenas obras que Cristo planeó para ti antes incluso de que nacieras sobrepasan la lectura de un libro devoto o la escucha de música de alabanza. Las buenas obras que Dios tenía en mente cuando te concibió eran tan gloriosas que declaró, a través de las épocas, que tú eras su obra maestra. Dios ha tenido un ojo puesto sobre ti desde el comienzo de los tiempos, ¡con la intención de que hicieras algo tan extraordinario en tu vida que incluso los ángeles se quedarían plantados de asombro y desearían hacer lo que tú fuiste creado para hacer!